“La sangre es el regalo más valioso que podemos ofrecer a otra persona: el regalo de la vida", dice la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y para el mexicano Jorge Espinosa no hay nada más cierto.

Este miércoles, Espinosa fue reconocido por la Cruz Roja Mexicana por las 116 voluntarias que ha realizado desde 1979, una práctica que le genera una gran satisfacción porque puede salvar vidas.

Espinosa se mostró agradecido por el reconocimiento, otorgado en la víspera del Día Mundial del Donante de Sangre y tras más de 38 años vinculados a una asociación que consideró "comprometida con la humanidad".

"Nunca pensé en ninguna cifra ni en batir récords. La vida me ha llevado a esto", dijo el donante, quien se aparta del glamour y el reconocimiento del público, considerando "mejor el anonimato".

Su primera donación data de 1979, cuando aún cursaba la preparatoria. "Al ver la labor altruista y solidaria que la Cruz Roja Mexicana realizaba para salvar vidas, decidí sumarme", contó entre los aplausos de los asistentes.

Espinosa compartió con los presentes varios hechos íntimos de su vida, como su secuestro en 1992 y la posterior muerte de su padre un año después.

El homenajeado, "a raíz de estos sucesos", constató su necesidad de agradecer y pactó una deuda de sangre con la vida, incrementando su "sentimiento por la labor social".

La satisfacción se sustenta en "que alguien se pueda salvar" con su sangre, más allá de un agradecimiento directo, del cual rehuye.

Espinosa, de aspecto vigoroso a sus 59 años, cuida su alimentación previa a las donaciones, alternándola con su deporte preferido, el tenis, herencia de su padre. "Trato de cuidarme porque hay que pasar una prueba previa antes de donar", contó.

Tras el homenaje, Espinosa realizó su donación número 116 delante de los medios de comunicación. La Cruz Roja mexicana también reconoció hoy a otros siete donantes voluntarios.

NOTICIAS SUGERIDAS

Contenido GEC