Con celebraciones, pero también con muestras de pesar, el mundo recibió la noticia de la muerte de Ruz, el padre de la Revolución Cubana y uno de los protagonistas del siglo XX, que en casi seis décadas desafió a once presidentes de Estados Unidos. Falleció a los 90 años, cerrando así una etapa de la historia.
El anuncio de su deceso lo hizo su sucesor en la presidencia, su hermano Raúl Castro, quien culminó su mensaje con el lema de la revolución: “¡Hasta la victoria, siempre!”

De personalidad excepcional, compleja y aplastante, a nadie le fue indiferente. Opositores y algunos ‘fidelistas’ lo consideraron inteligente, ambicioso, audaz, valiente y autoritario.

HIJO DE HACENDADO
Nació en la aldea de Birán, el 13 de agosto de 1926. Fue tercero de siete hijos del inmigrante español Ángel Castro -convertido en terrateniente-, y de la cubana Lina Ruz.

Fidel moldeó su rebeldía en la Universidad de La Habana, a la que ingresó a estudiar Derecho en 1945, graduándose de abogado en 1950.

A los 26 años, el 26 de julio de 1953, con poco más de un centenar de hombres, intentó tomar la segunda fortaleza militar de la isla, el Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba.

En su alegato ‘La historia me absolverá’, con que se defendió al ser juzgado por el Moncada, mostró la contundencia de sus palabras. Fue un orador incansable, con discursos infinitos.

Tras salir de la cárcel en 1955 partió al exilio a México y regresó a la isla al mando de 82 ‘barbudos’, como Ernesto ‘Che’ Guevara y su hermano Raúl, en un desembarco el 2 diciembre de 1956 para iniciar la lucha guerrillera en las montañas de la Sierra Maestra, que derrocó a Fulgencio Batista el 1 de enero de 1959.

PESADILLA
Ese día comenzó una pesadilla para Washington y una era de polarización en América Latina.

La era de Castro estuvo marcada por la fallida invasión de Bahía de Cochinos en 1961, a cargo de exiliados cubanos con el apoyo de Estados Unidos para derrocarlo y, al año siguiente, la crisis de los misiles cubanos que llevó al mundo al borde de una guerra nuclear.
Sobrevivió, además, a un intenso embargo comercial estadounidense.

Conspirador nato, testarudo, y maestro en el arte de la estrategia, la emoción del riesgo fue el mayor estímulo en su vida.

De joven practicó natación, básquetbol, béisbol, caza submarina y otros deportes. Hombre de acción, lector voraz, dotado de una memoria envidiable y noctámbulo incansable, Castro vivió en relativa austeridad.

CONDOLENCIAS
Personalidades de todo el mundo lamentaron o celebraron su muerte. El presidente Pedro Pablo Kuczynski escribió en Twitter: “Mis más sentidas condolencias al pueblo y gobierno cubano en esta hora tan triste; saludamos la memoria del recordado Fidel Castro”.

Diego Maradona, a quien Castro dio asilo en el 2000 para que se recupere de las drogas, dijo: “Murió el más grande (...) fue como mi segundo padre”.

El presidente electo de EE.UU., Donald Trump, lo calificó de “brutal dictador” que “oprimió a su propio pueblo”.

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