Juan Sotomayor
Juan Sotomayor

Por: Miguel Ramírez / Periodista de investigación

LA SEMANA PASADA NOS SUMERGIMOS EN LAS MARTIRIZADAS CALLES DEL CALLAO. Allí comprobamos que las elecciones de octubre serán como una fiesta de disfraces: los postulantes al gobierno regional y a las alcaldías se presentan con diferentes máscaras políticas, pero, en la práctica, la mayoría son del partido Chim Pum Callao.

De acuerdo con testimonios, se trata de una estrategia de esa organización para seguir manteniendo el poder que ejercen desde hace más de dos décadas en dicha jurisdicción, donde campean la delincuencia y el crimen organizado.

Los tres candidatos que suenan con mayor fuerza para la gobernación, Juan Sotomayor (Vamos Perú), Rogelio Canches (Perú Nación) y Patricia Chirinos (Acción Popular), están vinculados estrechamente con Álex Kouri, quien en 1995 formó ese grupo político y hoy está preso por corrupción.

El doctor Ciro Castillo (Alianza Para el Progreso) y el empresario deportivo Kiko Mandriotti (Por Ti Callao) son los candidatos contrarios a los ‘chimpuneros’, como se les conoce a los seguidores de Kouri.

“Es un plan siniestro de los jerarcas de Chim Pum Callao. Han creado varios partidos ‘satélites’ para quebrar el voto, para dividir, pero son lo mismo. Su objetivo es seguir enquistados en el poder”, dice el dirigente Joan Escalante, del Frente Callao Dignidad.

En efecto, en las listas de consejeros y regidores de los diferentes movimientos que postulan, abundan candidatos que, incluso, fueron autoridades por ese partido. En otros casos desempeñan cargos de confianza y gerenciales en el gobierno regional y en los distintos municipios.

Uno de ellos, por ejemplo, es Iván Rivadeneyra, quien postula a la gobernación por Fuerza Chalaca. Rivadeneyra fue alcalde de Bellavista por dos períodos por el partido de Álex Kouri.
Lo mismo ocurre con Álex Callán, quien postula a segundo consejero en la lista de Vamos Perú. Callán es regidor por Chim Pum en el municipio chalaco.

“Casos como esos abundan. Hasta fingen estar distanciados y se acusan de corrupción”, afirma otro dirigente chalaco. Así, por citar un caso, la candidata Patricia Chirinos denuncia la existencia de mafias y ataca a su contendor Juan Sotomayor. Pero pocos le creen, pues ambos nacieron y se criaron en el mismo partido y también fueron autoridades.

‘Los chimpuneros’ –principalmente Juan Sotomayor– han lanzado una agresiva campaña de propaganda para posicionar el nombre de sus organizaciones. Será la primera vez que no postularán con el nombre del desprestigiado Chim Pum Callao.

Las principales arterias chalacas, las zonas residenciales y pobres, están invadidas de paneles de todo tamaño de Sotomayor. Nada se salva. Incluso las paredes de locales y casas están pintadas con su nombre. ¡Se trata de una inversión millonaria!, que ninguna autoridad electoral parece advertir.

FALTAN GARANTÍAS

“No existen las debidas garantías para un proceso electoral transparente”, afirma el dirigente Escalante.

No le falta razón: las dos autoridades que tendrán a su cargo las elecciones fueron elegidas por instituciones que eran madrigueras de la corrupción: la Corte Superior de Justicia del Callao y el Organismo Nacional de Procesos Electorales (ONPE).

Ellas son la vocal superior Teresa Soto Gordon, quien preside el Jurado Electoral Especial (JEE), y Fabiola Garivondo Rebaza es la representante de la ONPE.

Soto fue elegida en mayo pasado en una sala plena de vocales, que fue convocada por el suspendido vocal Daniel Peirano, involucrado en los ‘audios de la vergüenza’. En aquella elección, Peirano reemplazó al presidente de esa corte, Walter Ríos, hoy preso, quien se encontraba de vacaciones.

“La doctora (Soto) va a consolidar el sistema democrático de la región. Estoy seguro que tiene la capacidad personal y profesional para dejar en alto la reputación de la corte”, dijo Ríos cuando juramentó a la magistrada.

Según el portal de investigación ‘Ojo Público’, entre los años 2006 y 2011 el ingreso patrimonial de la jueza se incrementó en un 67 por ciento. Soto no se encontraba en su oficina cuando la buscamos para entrevistarla. Le dejamos un número telefónico a su secretaria, pero nunca nos llamó.

Por su parte, Fabiola Garivondo fue seleccionada por la ONPE, que era controlada por José Luis Cavassa, quien también está preso por sus vínculos con la corrupción judicial descubierta por las ‘escuchas’ legales.


No todo es malo en el Callao. Hay miles de chalacos de bien, honestos y trabajadores. De ellos depende que esa provincia no se convierta en la Tijuana limeña. Nos vemos el otro martes.

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