Bartra prefirió no referirse a las expresiones de sus colegas de bancada respecto a sus críticas al Gobierno y pidió respeto, en ese sentido, para su derecho a la libertad de expresión. (Foto: GEC/ Video: Canal N)
Rosa Bartra

El martes pasado, los congresistas ‘fujiapristas’ y los izquierdistas fueron derrotados por goleada. Misma jauría de lobos, despotricaron contra el Gobierno. Pero, finalmente, cual ositos de peluche, terminaron aceptando el pedido de confianza que
planteó el premier

Como ya había vaticinado este columnista, la mayoría de ellos optó por evitar el cierre del Congreso para no quedarse sin chamba y perder su ‘sueldazo’ de 26 mil soles que reciben mensualmente.

Salvo honrosas excepciones de congresistas como Gino Costa, Alberto de Belaunde, entre otros pocos, quienes batallaron y rebatieron con argumentos sólidos a quienes se oponen a las necesarias reformas políticas.

Pasada la tormenta, la mayoría de peruanos se pregunta si la Comisión de Constitución les dará luz verde a las propuestas. El panorama no augura nada bueno. La principal desconfianza radica en la presidenta de dicha comisión, la recalcitrante congresista fujimorista

Para empezar, el viernes volvió con sus pataletas. Después de cinco horas de debate para que los sentenciados no puedan ser candidatos al Congreso, postergó la votación y dijo que hoy martes presentará
otra propuesta.

Bartra, quien se cree la diosa de la verdad y el derecho, no solo votó en contra del pedido de confianza. También lo calificó de ‘inconstitucional’ y hasta golpista. El martes, en pleno debate, declaró a la cadena internacional CNN: “Eso nos acerca muchísimo a regímenes que creo que deben ser completamente
rechazados desde su intención. América Latina y ningún país en el mundo puede permitirse este tipo de imposiciones: el totalitarismo, la dictadura y el avasallamiento de un poder del Estado deben ser
proscritos”.

Eso es lo que dijo, aunque usted no lo crea. Bartra no ofrece
ninguna confianza. Ella encarpetó los 12 proyectos de reforma
que le envió hace meses el Ejecutivo. Y en un solo día, con
la votación de los ‘fujiapristas’ que controlan esa comisión,
mandó al tacho la reforma para acabar con la inmunidad de
los congresistas.

También lideró la Comisión Lava Jato, que terminó blindando y exculpando a su lideresa Keiko Fujimori y al líder aprista Alan García, pese a los enormes indicios de sus vínculos financieros con la corrupta Odebrecht.  Keiko, como se sabe, está en prisión y García se terminó suicidando cuando empezaron a salir las pruebas en su contra, que la congresista nunca vio.

Dicha comisión gastó ¡más de 6 millones de soles! durante los 20 meses que duraron las pesquisas. Se trató de un pequeño ejército de 46 colaboradores, la mayoría de ellos simpatizantes o militantes fujimoristas que tenían jugosos y envidiables sueldos.

Según fuentes fujimoristas, Bartra, además, tiene comunicación directa con Keiko Fujimori. Con todos estos antecedentes, ¿Bartra puede seguir al frente de la Comisión de Constitución? El Gobierno no debe bajar la guardia. Al ‘fujiaprismo’ no se le puede dar ni una pizca de ventaja. Nos vemos el otro martes.

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