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Tia Sofi

En las entrañas del emporio comercial de , se esconde un templo de la comida norteña donde los platos son preparados con mucha mística y amor, siendo los 'Tamalitos verdes de la casa' los más solicitados por los comensales.

La encargada de preparar esta y demás delicias es Sofía Cáceres, quien aprendió los secretos de la sabrosa comida del norte viendo a su mamá, doña Olinda, cuando cocinaba en la cocina del local ubicado en .

“Mi mamá siempre estuvo dedicada a la cocina. Nunca pensamos poner un restaurante, pero hace 28 años me lancé, de casualidad, a esta aventura cuando me traspasaron un local”, cuenta la cocinera del ‘Huarique de la Tía Sofi’.

Como ella dice, todo comenzó de casualidad porque los restaurantes de la zona quebraron, pero apostó por sus dotes culinarios y adaptó el departamento donde vive hasta ahora su mamá para poner unas mesas, ampliar la cocina y recibir a sus comensales.

Así comenzó la historia del ‘Huarique de la Tía Sofi’, donde los ‘Tamalitos verdes de la casa’ son la sensación.

“Yo misma desgrano y muelo el maíz, luego los mezclo con ají amarillo, culantro, manteca de chancho y otros ingredientes secretos”, cuenta orgullosa.

Una vez que la masa está lista, es colocada por cucharadas en pancas de choclo y acompañada con un trozo de pollo que minutos antes fue aderezado con finas especias. Después es envuelto y a la olla.

El ícono de la gastronomía norteña, el ‘Arroz con pato’, no podría quedar excluido de la carta y sobre todo por el único sabor que tiene, porque cada bocado de este potaje te lleva a la misma gloria.

“Para la preparación usamos patas tiernas maceradas en pisco. El arroz lleva culantro, cerveza negra y el infaltable zapallo loche, porque sin loche no es comida norteña”, indica la Tía Sofi.

Y en estos días de frio, un contundente ‘Sudado de cabrilla’ te cargará de energía y calentará con solo verlo servido, muy aparte de brindarte sus poderes afrodisiacos.

La base de esta debilidad marina es el aderezo de tomate, cebolla, ajos y chicha de jora, que es acompañado con una mistura de mariscos y sobre todo con la estrella, la cabrilla.

“Es perfecto para el invierno porque te calienta y sobre todo lo preparo como en el mismo norte, con mucha paciencia y amor”, cuenta esta maestra de la cocina.

Pero la 'Tía Sofi' no trabaja sola, lo hace junto a su hijo Giancarlo Gamonal quien también aprendió sus dotes gastronómicos observando a su mamá y abuela.

Mi hijo es lo máximo, por él saqué esto adelante sin saber en el éxito que se iba a convertir. Estoy muy agradecida con ‘Gian’, quien es mi motor para seguir con esta aventura”, señala orgullosa la mamá cocinera.

Es así que madre e hijo están al frente de este restaurante ubicado en el tercer piso de un edificio del jirón Giribaldi 851, donde los atenderán con los brazos abiertos, pero sobre todo con ese calorcito único que te pueden dar las familias norteñas.

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