Por: Miguel Ramírez

Hasta hace poco, era un ministro de Educación ejemplar, de lujo, excelente, fuera de serie, pero de la noche a la mañana, los congresistas lo han agarrado de piñata y lo han convertido peor que ‘Alakazam’, el Pokémon más malvado y maligno de ese popular videojuego.

No tengo la suerte de conocer a Jaime Saavedra, pero es obvio que detrás de esta prolongada y creciente campaña para sacarlo del cargo, está el objetivo de derogar la , promulgada por el expresidente Ollanta Humala.

Como se sabe, Jaime Saavedra -el único ministro sobreviviente del gobierno pasado- fue el principal impulsador y tenaz defensor de la misma. La acusación de que no le prestó atención a la organización de los Juegos Panamericanos, es un cuentazo.

Jaime Saavedra vivía tranquilo como destacado consultor e investigador del Banco Mundial. Para que asumiera ese cargo, tuvieron que intervenir hasta los más altos directivos del Banco Mundial, el más importante banco de desarrollo del mundo.

El cargamontón mediático contra el ministro viene de los fujimoristas, apristas y acuñistas. Sus principales líderes -¡oh sorpresa!- están ligados a universidades afectadas por la ley que impulsó Jaime Saavedra, y que acabó con sus gollerías, sobre todo financieras. Así de claro y simple.

Veamos. El principal financista de la campaña millonaria de Keiko Fujimori fue Joaquín Ramírez, vinculado a la Universidad Alas Peruanas, de su tío Fidel Ramírez, ambos hoy investigados por la DEA por presunto lavado de dinero. El hermano de Joaquín, Osías, es actualmente parlamentario por el fujimorismo.

El presidente de la Comisión de Educación, por si fuera poco, es el fujimorista Lucio Ávila. El primer proyecto que ha presentado es la modificación de los artículos más importantes de la Ley Universitaria.

Eugenio Chang, el dueño de la Universidad San Martín de Porres, le pagaba el alquiler al expresidente Alan García de una mansión en Las Casuarinas, le gira un ‘sueldazo’ mensual y lo avaló financieramente en la compra de su última vivienda, que dice le costó US$800 mil. El congresista aprista Mauricio Mulder, por cierto, es uno de los principales cuestionadores de Saavedra.

César Acuña Peralta -el líder de la Alianza Para el Progreso, la tercera fuerza política en el Congreso- gana ¡56 millones de soles anualmente!, según propia declaración. Su hijo Richard Acuña es vicepresidente de la mesa directiva del Congreso, quien discretamente también petardea al ministro.

Otro de los afectados por la ley fue Pedro Cotillo, el eterno rector de la Universidad Nacional de San Marcos, quien se resistió en acatarla hasta el último minuto. Esa casa superior de estudios era un botín. Tiene 49 propiedades que cuestan mil millones de dólares. Cotillo planeaba venderlas, pero la norma le quemó la película. Esta es la verdad de la milanesa. Como bien dice mi amigo ‘El Búho’, habré nacido de noche, pero no anoche. Nos vemos el otro martes.

NOTICIAS SUGERIDAS

Contenido GEC