Periodismo de periodistas. Un comunicador está preparado para todo: reportear, conducir, enseñar y aprender. En ese transitar, se forjan mil anécdotas y muchas historias que siempre se recuerdan y otras que prefieres olvidar. Antonio Muñoz es nacido en ‘La ciudad de la eterna primavera’, conductor de Noticias y ha sido un buscador de , donde el miedo, la angustia y la adrenalina por alcanzar la información, son pan de cada día.

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El PRIMER MUERTO

Trujillo, mi ciudad, debo reconocer que tiene zonas muy rojas. Un tiempo, todos los días había un muerto y en una de mis primeras comisiones, vi a una persona asesinada. Estaba con los brazos abiertos, tirado en medio del arenal. Cuando lo vi, me pregunté si estaba hecho para este trabajo y de inmediato, me respondí a mí mismo: ‘Si, esto es lo que deseo hacer’ y creo que no me equivoqué.

EL PELIGRO

Siempre que cubres una noticia relacionado a muertos, robos, ‘sicariatos’, tienes problemas con los familiares. Varis veces han querido ser agresivos conmigo y todo porque decía lo que las pruebas demostraban y que todo lo sindicaba, ya sea como el asesino o el ladrón. Tu te das cuenta que para esas ocasiones, debes estar con el carro del canal prendido, para que ante cualquier dificultad, subes y te salgas de ese lugar.

LAS FACETAS

El periodismo se llevó mis cabellos, por ello tenga esta imagen, ja, ja. He hecho radio, el escrito y también entretenimiento. Tengo 34 años y he pasado casi por toda las facetas que le puede tocar a un periodista.

EL ORGULLO

Hemos hecho campañas cívicas como una que se llamó ‘Los peruanos si podemos mejorar el tránsito’ y salíamos con las cámaras a las avenidas, esquinas, donde están los semáforos. Entrevistábamos a los cometían faltas, a la gente que no respetaba las luces y de tanto insistir con el tema, tratando de educar a las personas, a los pocos días los resultados en la ciudad eran sorprendentes. Bajaron las infracciones, éramos una urbe mucho más ordenada. Eso me llena de orgullo.

LA TELEVISIÓN

Salir en un programa de televisión, por más que sea un noticiero, te da cierta fama, la gente te reconoce en las calles y es inevitable. En mi caso sucede algo especial, porque si bien es cierto que me piden alguna foto o selfie, no son los jóvenes o personas adultas. Las abuelitas siempre me saludan y son las que se dan cuenta que soy yo, después otras personas casi ni se percatan de mi.

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LA DISCIPLINA

Cuando recién empecé a conducir un programa, era exageradamente perfeccionista. Tenía una compañera con la que salíamos al aíre y la estaba corrigiendo todo el tiempo, con el pretexto de ser muy perfeccionista. Era muy divertido, porque en los cortes comerciales le llamaba la atención, discutíamos y cuando regresábamos al aíre reíamos y charlábamos con mucha cordialidad.

EL APRENDIZAJE

En esta profesión siempre hay que aprender y estudiar, tengo una maestría en marketing y ventas, soy docente universitario. De acuerdo a la etapa que me ha tocado vivir, he leído ‘La Amigdalitis de Tarzán’ de Alfredo Bryce Echenique, también amo la película ‘Tiempos violentos’ o si quieres ‘Volver al futuro’.

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