POR: MIGUEL RAMÍREZ / Periodista de investigación

quien goza de la aceptación de la población. Todo fue posible gracias a la indignación y coraje en las calles de ‘los jóvenes del Bicentenario’, que Merino fue encumbrado ilegítimamente a ese puesto por 105 mediocres congresistas que padecerían –ellos sí– de ‘incapacidad moral’.

A esa generación pertenecen Inti Sotelo (24) y Bryan Pintado (22), quienes fueron asesinados en medio de una brutal represión policial.

Manuel Merino nos quiso volver a la época de los ‘dinosaurios’. De la noche a la mañana, los peruanos nos vimos, nuevamente, gobernados por el binomio de la corrupción, el ‘fujiaprismo’.

Nombró como premier a Ántero Flores-Aráoz, un viejo político tradicional, acostumbrado a las componendas, exministro de Alan García, abogado de universidades cuestionadas, quien exhibía arrogancia, desprecio y burla hacia los jóvenes que protestaban en las calles.

“Con Merino se vienen días de fuerte represión, como en la época de Fujimori y Vladimiro Montesinos”, me dijeron la semana pasada fuentes que aún sobrevivían en Palacio, en donde cambiaron hasta al maestro de ceremonias.

“La orden es reprimir con todo las marchas. La estrategia es meterle miedo a los protestantes y vincularlos con el Movadef, el movimiento de fachada de Sendero Luminoso”, afirmaron.

Los dos ministros claves para esas operaciones represivas –siempre según los informantes– eran Fernando D’Alessio (Educación) y Gastón Rodríguez (Interior).

D’Alessio es un exmarino que pertenece al sector más radical de esa institución. Apenas asumió su cargo dijo que, detrás de las protestas, estaba el Movadef. Cuando fue ministro de Salud de Pedro Pablo Kuczynski, fue el operador para que Alberto Fujimori fuera indultado.

Gastón Rodríguez también es de línea autoritaria. “Es el típico policía que pateaba las puertas y se subía a los techos para atrapar a los delincuentes. No es estratega”, me contaron.

La represión fue brutal y hasta ahora hay 8 desaparecidos. Ayer, la fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos, abrió investigación contra Merino, Flores-Aráoz y Rodríguez por abuso de autoridad y homicidio doloso.

Otra ministra relevante era la de Justicia, Delia Muñoz, vinculada con el ‘fujiaprismo’. Lo primero que hizo fue pedirle al procurador Daniel Soria que renunciara. Le dijo que el Ejecutivo cambiaría la estrategia para enfrentar la demanda contra la vacancia, que presentó el anterior gobierno ante el Tribunal Constitucional (TC).

Muñoz pretendía retirar ese reclamo por temor a que el TC restituyera la constitucionalidad.

EL FISCAL VELA Y ‘LOS CUELLOS BLANCOS’.

Por otro lado, en el interior del Ministerio Público las críticas fluyen sobre el fiscal superior Rafael Vela, jefe del Equipo Especial Lava Jato. A Vela se le señala de haber filtrado, a través del fiscal Germán Juárez, las declaraciones de los aspirantes a colaboradores eficaces, que incriminaron al expresidente Martín Vizcarra de haber recibido sobornos cuando era gobernador de Moquegua.

Como se sabe, dichas acusaciones, aún sin confirmar, fueron aprovechadas por los congresistas para vacar a Vizcarra.

Las versiones dicen que la filtración se produjo cuando Vela se enteró sobre un informe periodístico, relacionado a una investigación fiscal que lo vinculaba con los magistrados corruptos de ‘Los Cuellos Blancos del Puerto’.

En efecto, el viernes 6 de noviembre, el experimentado periodista César Romero, del diario ‘La República’, reveló que, en 2018, Vela participó en un agasajo por la elección de Orlando Vásquez como presidente del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM).

Como se sabe, ese organismo –que elegía y destituía a magistrados– fue desactivado porque era controlado por consejeros corruptos como Vásquez.

El hecho ha sido debidamente comprobado por la fiscal Rocío Sánchez, a cargo de esa investigación. Dos días después de la publicación, la fiscalía de Vela filtró unos mensajes de ‘chat’ que vinculaban a Vizcarra con el testigo que dice haberle pagado sobornos, lo que desencadenó su vacancia. Y todos se olvidaron de la grave denuncia sobre él.

El hermano de Vela, por cierto, es parte del entorno de César Acuña, el líder del partido Alianza Para el Progreso (APP), que votó por la vacancia de Vizcarra, pese a que el mismo Acuña dijo que no lo harían.

El equipo del fiscal Vela también abrió una investigación, basada en un simple mensaje de Twitter, a Julio Guzmán, el jefe del Partido Morado, quien competirá por la presidencia de la República con Acuña. ¿Puras coincidencias? Nos vemos el otro martes.

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