Por: Miguel Ramírez

Las recientes capturas de exfuncionarios apristas que recibieron sobornos de la empresa , han remecido al país y provocado dimes y diretes de alto voltaje que han alcanzado al casi intocable Alan García, el verdadero mandamás de ese partido.
Lo ocurrido hasta hoy, sin embargo, no debe hacernos perder de vista los indicios que existen también contra , señalado de haber recibido un supuesto pago de US$3 millones de la mencionada compañía, según reveló hace poco el diario ‘Folha’ de Sao Paulo.

La historia empezó el año pasado cuando la policía brasileña, que investiga el caso Lava Jato, allanó la vivienda de Antonio Palocci, el exministro de Hacienda de Luiz Inácio Lula da Silva. Es pública la gran amistad que existía entre Ollanta Humala y su homólogo brasileño.

Entre sus archivos personales, los agentes encontraron una planilla en archivo de Excel, un programa que se usa generalmente para realizar operaciones con números o cifras organizados en recuadros. Allí estaba escrito ‘Programa OH’. Y al costado la anotación con la cifra de 4.8 millones de reales, el equivalente a US$3 millones.

Los investigadores sospecharon que se trataba de Ollanta Humala, pero la pista tomó cuerpo cuando tuvieron acceso al teléfono celular de Marcelo Odebrecht, el jefe máximo de esa empresa, hoy acogido a la ‘delación sincera’.

En su celular, Odebrecht tenía registradas tres reuniones que sostuvo en Lima con Ollanta Humala. En dos de ellas lo tenía con las siglas ‘OH’, igual como lo consignó Antonio Palocci en su hoja de Excel.

La reconocida periodista Elizabeth Salazar, de la plataforma de investigación Convoca, logró entrevistar hace unas semanas a Willigton Gabriel Pereira, el policía que elaboró el atestado que implica al expresidente Ollanta Humala.

“Quien coloca iniciales para justificar un pago es porque quiere esconder un dinero destinado para fines ilícitos, sino usted coloca el nombre completo de él y pone presidente del Perú”, le dijo Pereira a la reportera.

Y precisó: “Lo que hay que confirmar claramente (ahora con la confesión de Odebrecht) es si el nombre era de él, porque el dinero era para fines ilícitos por las condiciones que se presentaron. De eso no queda ninguna duda”.

Pereira, en efecto, tiene razón. Marcelo Odebrecht y Jorge Barata (su representante en Lima que durante muchos años se codeó con presidentes, empresarios, periodistas y demás) son los únicos indicados a revelar las identidades de las autoridades sobornadas.
Ollanta Humala, cuyo abogado ha negado la acusación, no puede salir del país si un juez no se lo autoriza. Lo mismo no ocurre con Alan García y Alejandro Toledo (en cuyos gobiernos también se pagaron los millonarios sobornos), quienes se pasean orondos en España y Estados Unidos. Todos deben ser medidos con la misma vara. Nos vemos el otro martes.

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