es una conocida actriz uruguaya que goza del éxito en cine y televisión. Reconocida por interpretar a ‘Rubí’ la telenovela mexicana basada en una historieta homónima original de Yolanda Vargas, pero su vida no siempre estuvo llena de felicidad y popularidad. La propia intérprete de 41 años reveló que no ha sido sencilla.

La conversó con Lety Sahagún y Ashley Frangie, en su conocido podcast ‘Se regalan dudas’, sobre lo complicado que le resultó su infancia y las consecuencias que eso tuvo en su juventud y en su vida.

El fuerte testimonio de Mori dio la vuelta al mundo y acaparó las portadas de los principales medios dedicados al entretenimiento, sobre todo cuando habló de un pasado muy doloroso lleno de vacíos y tristeza.

“He compartido poco de lo que soy, de dónde vengo y cómo crecí”, comienza el relato la actriz uruguaya.

“Crecí sin mamá, y crecí con un padre alcohólico, tuve una infancia súper dura, triste oscura y violenta”, reveló Mori, quien no suele hablar sobre su vida privada, pero que en esta oportunidad decidió abrir su corazón.

abandonó muy joven su casa, influenciada por esa sensación de no sentirse plenamente amada. La actriz confesó que pese a todos los problemas que vivía en ese entonces decidió labrarse su propio camino.

“Empecé a trabajar a los 14 años, hice de todo un poco”. Mori fue mesera en una pizzería, booker, repartía volantes en los semáforo y bailarina de antros (discotecas), todo para juntar dinero y huir de la pesadilla que tenía en su casa. Finalmente, lo logró a los 17 años de edad.

A esa edad, la uruguaya salió de su casa buscando su propio destino. “Empecé a modelar porque mi belleza física me abrió puertas. Y cuando empecé a estar en frente de una cámara me di cuenta que quería ser actriz“, asegura.

Pero los golpes que sufrió no terminaron con sus sueños y continuó trabajando para crecer y dejar en el olvido todo lo que vivió cuando niña. Hoy, señala Bárbara, está feliz y satisfecha por todo lo que ha logrado.

Es así que la actriz considera lo vivido como una simple anécdota que la impulsó a conseguir lo que se ha propuesto y a creer en el amor verdadero. “Me rompieron mucho por dentro y empezar a juntar mis pedacitos me costó mucho trabajo, darme cuenta que necesitaba mirar hacia adentro fue algo que empezó a traerme una transformación”, concluyó.

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