‘Cuto’, como se le conoce a Luis Alberto Guadalupe Rivadeneyra (Chincha Baja, Tambo de Mora, Cruz Verde, 3 de abril de 1976), es una de las personas más carismáticas y queridas del fútbol peruano, seas de , u otro club. Y tiene muchas historias que merecen conocerse. Varias las cuenta todos los viernes, en esta columna. Esta está buenísima, empecemos:

¡Hola, mi gente! Comienzo de una vez. A mediados del año 2000 dejé a Universitario de Deportes encaminado al tricampeonato, algo que el club de mis amores logró a finales de ese año. Lo celebré a la distancia, como si hubiese estado en la cancha hasta el último partido. Soy tricampeón y estoy en las estadísticas, pero sobre todo en mi corazón. Es más, tenemos un grupo de los tricampeones en la que siempre nos comunicamos y paramos en contacto.

Decía que dejé el club para irme a Europa. Universitario de Deportes había cerrado un acuerdo con Michelene de Bélgica, también conocido como Malinas, para transferirme por cuatro temporadas. Y así fue, mi segunda aventura para defender la camiseta en un club del exterior se había concretado. Antes había jugado por Independiente de Argentina y el fue mi entrenador. Esta vez no me iba solo, José ‘Chemo’ Del Solar también había fichado por el Michelene. Así que nos fuimos juntos, casi de la manito, en el mismo vuelo.

Estando allá me gusto la ciudad, todo era bonito, ordenado como una maqueta de arquitecto, limpio como una pelota nueva. Y era tiempo de verano, qué rico calor. Pero lo que me advirtieron, que no me acostumbre, se hizo realidad: llegó el invierno y el frío se hizo terrible, lo sufre hasta el pelo. Cuando digo terrible, es horrible. Ni en Ticlio, ni en Cerro de Pasco se puede comparar con ese frio gélido.


CHEMO, MENDOZA Y OLCESE

Con ‘Chemo’ nos veíamos seguido. Aparte de los entrenamientos en el club, nos poníamos de acuerdo para cenar y lo hacíamos de manera regular, y en algunas ocasiones con su esposa que iba desde España. Todo fue más fácil.

Allá me enamoré de Úrsula, de cariño le decía Uchi, producto de ese amor nació mi segundo hijo, Elías, que el próximo 3 de noviembre estará cumpliendo 18 años. ¡Cómo ha pasado el tiempo! Sigo recordando mis pasos por esos lares y me vuelvo nostálgico.

Recuerdo que ‘Chemo’ no se adaptó al club o a la ciudad y al poco tiempo se fue. Yo me quedé solo y siempre viendo el lado positivo de la vida. Ya saben mi frase:

Pero en todo lugar del mundo hay un peruano. No faltaba uno para pasarla muy bien. El fútbol peruano nos vio nacer, el fútbol europeo nos juntó.

DE AMBERES, CON AMOR

Me reunía con , cuando jugaba en el , y con cuando jugaba en el Gante. Qué lindos recuerdos. Siempre nos encontrábamos en un punto céntrico para los tres. Ese punto era el puerto de Amberes. La pasábamos de maravilla. Tengo varias de esos viajes con los dos ‘angelitos’, será motivo para otra columna.

Mi amigo el ‘Cóndor’ daba la hora con sus goles y sus grandes actuaciones, jugaba en un equipo grande, el Brujas. Hasta ahora es ídolo allá. Aldo Olcese y yo hacíamos lo nuestro, defendiendo las camisetas de los clubes que nos habían contratado.

Del puerto de Amberes, lindo y bello, jamás olvidaré ‘las vitrinas’, lugar donde están las chicas ‘malas’ haciendo su show. Era un punto de encuentro para despejarse y relajarse. No lo voy a negar, me di mi vuelta por esos lares en varias oportunidades. Solo para ver, por si acaso. Ja,ja,ja. Cuando se cerrado la cortina empezaba el show.

EL MITO DEL VIDEO DE ESIDIO

Ya me estaba olvidando del tema central de la columna, ja-ja-ja. La vida no sería vida si todo fuese chévere, siempre están esos momentos agrios. Bueno, vamos al tema.

Cuando llegué al club pasé los exámenes médicos de rigor. Ni bien comenzaron los entrenamientos me ubicaron en mi posición habitual de zaguero central y en ocasiones de lateral derecho. Yo ya era un jugador grande, un jugador de selección peruana y todo iba bien. En el club Michelen nunca tuve problemas. Pero los rumores de que algo malo había sucedido llegaron desde Lima.

Un periodista me llamó para decirme que se había esparcido un rumor con mucha mala leche. ¿Qué habían dicho? Algo así: “Que Cuto Guadalupe se dé por bien agradecido, ya que lo vendimos con los videos de Eduardo Esidio”. El que dijo tamaña ofensa fue alguien que estuvo involucrado en la operación y que no merece ni siquiera mencionarlo.

¿Y cómo surgió este humo con cizaña? Por exigir mis derechos. Yo había solicitado el porcentaje que le corresponde al futbolista. Es que según estipula la FIFA, el 15 o 20% de la operación de una transferencia le corresponde al jugador.

Yo pedí ese dinero, que nunca llegó, y ahí empezó todo. En el club belga pregunté y ellos ya habían pagado, me lo demostraron. Lamentablemente, el dinero se quedó en el camino, se hizo humo y nunca me pagaron, aún lo sigo esperando. Pero como ‘pitié’ y quise hacer valer mis derechos como trabajador, me soltaron las baterías para mellar mi imagen.

Yo me fui contratado por cuatro años y estuve tres años en Bélgica. Al final, mi club se declaró en quiebra y tuve que regresar a mi rico Perú. Me parece hasta gracioso el chisme que soltaron sobre mi contratación. Yo soy peruano y Eduardo Esidio, a quien estimo, es brasileño. Yo era un jugador de selección. Por último, a los europeos no le vas a vender gato por liebre. ¡Imposible!

Sobre este tema, de algo estoy más que seguro: la vida puso todo en su lugar. Solo eso diré. Bueno mi gente, no se olviden de que la fe es lo más grande de la vida. ¡La feee, la feee...! Me voy unos días de vacaciones. Con fe, volveré pronto a .

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