Emprende Trome
Emprende Trome

Cuenta la historia que desde 1821, en una bodega de Ica, doña Etelvina se dedicaba al destilado de uvas que se consumía solo en la familia. Tras quedar viuda, ella decide enseñarles esta tarea a sus hijas Rosa Victoria y Julia Francisca. Hoy, la quinta generación de mujeres pisqueras rescató las recetas añejas de sus ancestros para crear una línea de piscos y mistelas que llevan el nombre de los miembros de la familia, los cuales ya están en los mejores hoteles y restaurantes top del país.

Claudia Moquillaza nos cuenta esta gran historia.

Dejaste la empresa donde eras auditora financiera para dedicarte de lleno a este proyecto. ¿Fue una decisión difícil para ti?
Fue difícil porque uno le agarra mucho cariño a la empresa en que trabajas, yo inicié mi línea de carrera en una transnacional, soy administradora de profesión y en esa época terminaba mi MBA en la Universidad San Ignacio de Loyola…

¿Cómo empezaron?
Recopilamos los procesos artesanales de la tatarabuela, bisabuela y abuela, las recetas como el pisco de cereza y otros, e inicié una carrera de sommelier, catadora profesional. Mi mamá Carmen Robatty de Moquillaza es química física y nos apoyó en el proyecto, y cuando se dio la oportunidad de adquirir la bodega de mi bisabuela, evaluamos lanzar las marcas, revivir a los personajes de la familia.

¿Qué plus le dan ustedes al tener una de las bodegas más antiguas del Perú?
Es una bodega casi bicentenaria, tiene 197 años, aporta historia y calidad. Ellas trabajaron con mucha pasión y ahora mis hermanas Gabriela, Fátima y yo elaboramos el destilado con nuestras uvas que no tienen químico. Es un pisco de alta calidad y pasión.

Emprende Trome

¿Con qué palabras puedes definir tu pisco?
Un pisco con pasión, de alta gama. Hay mucho trabajo detrás de una botella. Todo se debe al trabajo de las cosecheras, los obreros que laboran en la tierra.

¿Qué aportes innovadores han dado a la empresa?
Mantenemos la identidad, ser una marca de la Finca 314, donde se destilan bebidas Premium, con una estructura de concepto ancestral y jugamos con la tecnología que da como resultado bebidas de ultra gama; un Don Reynaldo tiene entre 8 y 9 kilos de uvas por litro, Etelvina es un mosto verde de 19 a 25 kilos de uva que cosechamos en el fundo del distrito de Santiago, en Ica.

¿Cómo se dan a conocer ante tanta competencia en el mercado?
Es vital contar nuestra historia, de quinta generación de mujeres pisqueras, de una bodega casi bicentenaria y que dada la casualidad comenzó con una mujer que destilaba con sus hijas. Buscamos hacer conocida la marca pisco como un destilado fino y mostrarla al mundo. Esto no es una competencia, la idea es llegar, inculcar en nuestras generaciones y que estén orgullosos de nuestra bebida nacional.

¿Qué fue lo más complicado al introducir sus productos?
Entrar al mercado nos costó mucho, ya había marcas establecidas, tuvimos que tocar puertas, seguir protocolos que nos pedían las empresas y buscar reuniones era complicado, pero perseveramos.

Don Ramón tiene más de 60 años con ustedes destilando, mantiene la receta de antaño…
Mauro Ramón Leyhuac llegó a la bodega cuando tenía 10 años, Rosa Victoria lo adoptó y le enseñó a destilar en leña de huarango. Él continúa haciendo la receta, maneja el maso de la leña que es tarea difícil, pero también nos acompañan el enólogo Jimmy Peña y mi madre Carmen que es gerente de producción.

¿Qué beneficios les trajo ser parte de la Marca Perú?
Nos abrió las puertas para estar en ferias y concursos internacionales, y nos respalda ser una marca de calidad.
Hoy la gente consume más pisco, ¿a qué crees que se deba?
Se han dado sucesos que han pasado a lo largo del tiempo, el Mundial hizo que el peruano se sienta orgulloso de lo que tenemos. Ahora los locales te presentan una carta donde incluyen una gama de destilados y esto va de la mano con la coctelería de vanguardia.

Tienes una línea de mistela, cuéntale a la gente de qué se trata.
Es un producto que tomaban nuestros ancestros, hoy cierran los menúes de degustación y están en coctelería. Se trata de una mezcla de pisco puro de quebranta con mostos frescos de la uva torontel sin fermentar. Es dulce y agradable.

¿Cómo va el tema de la rentabilidad?
Al inicio pensamos en un 20% de la producción nacional y un 80% afuera, estamos en Lima, Cusco, Arequipa, Trujillo y La Libertad. Además, en una licorería en Madrid, España. La venta ha crecido en un 25%, este año queremos entrar a Toronto y China.

¿Dónde están sus productos?
En licorerías el Pozito, Almendariz, La Canastería, Garaje Gourmet. Estamos en Maido, Central, Mayta, La Barra Verde, Acurio Restaurantes, Isolina y otros restaurantes top, y hoteles como el Marriot, Country Club, Hilton, Belmont Monasterio, Westin, entre otros.

tags relacionadas

NOTICIAS SUGERIDAS

Contenido GEC