PRIMER TIEMPO. Esta historia, según contó Raisa, comienza en 2018 cuando el portero del equipo Melgar no quiso firmar a su segundo hijo.

Pese a la sentencia, Raisa se encuentra tranquila. La estudiante de enfermería asegura que el futbolista no ha ganado nada. “Falta lo que es la segunda instancia, que esto llegue a la corte superior y que confirme la sentencia de la resolución”. Ella le habla en sus mismos términos al portero: “O sea eso todavía no es un punto final, como se dice estamos recién en primer tiempo, falta el segundo tiempo”.

“Yo he apelado con mi abogado, todavía estamos en proceso. Cuando esto se eleve a corte superior probablemente pueda ganar el señor o probablemente salga a mi favor. Aún eso no se sabe”, agrega.

CONTRADEMANDA

Raisa también considera tomar medidas legales contra el futbolista. “El señor me había puesto una denuncia por apropiación ilícita. Esta demanda ha sido del 20 de marzo del 2018, es un proceso en el cual yo sí le he ganado yo, él ahora me va a tener que responder contra la calumnia y daños que él ha cometido en mi persona”.

Caceda acusó en 2018 a la joven de 31 año de usar la pensión de alimentos de sus hijos para construir la casa de sus padres. “Es totalmente falso, en primera instancia y en segunda instancia yo he ganado, la han archivado su denuncia. Yo sí le estoy contrademandando para que este señor pague la reparación civil por la calumnia que me ha hecho, me ha hecho pasar por un proceso, me ha acusado por apropiarme del dinero de los bebés”, añade.

SUS HIJOS SON LOS MÁS AFECTADOS

Tras cuatro años de relación, Raisa no entiende porque Carlos Caceda actúa de esta manera, pero sospecha que lo hace para estancar el proceso de alimentos. “No sé si es por venganza, me imagino que es por el tema de que yo le entablo el juicio de alimentos y sale la resolución a favor de mis hijos. Desde ahí él impone demandas en mi contra”.

Pese al cansancio de dedicar más de dos años de su vida a procesos legales contra quien fue su pareja, Raisa afirma que necesita estar tranquila para darle esa tranquilidad a sus hijos, una niña de 6 años y un niño de 2. “A las finales el daño no me lo esta haciendo a mí, se lo está haciendo a sus pequeños”.

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