Cinthya Coppiano nos habla de muchas cosas en esta interesante entrevista. (A. Paredes)
Cinthya Coppiano

, participante de ‘El gran show’, cuenta que no es de las mujeres que se impresiona con el dinero, que un hombre para conquistarla tiene que ser inteligente y muy seguro. No es celosa porque ella no está para cuidar a nadie y está feliz participando en el reality de baile representando a su país, Ecuador, pero lleva al Perú en el corazón.

¿Te molesta si te pregunto por tu edad?
No, yo estoy orgullosa de mi edad. Tengo 32 años y en agosto cumplo 33. Estoy en la mejor etapa de mi vida.

Llevas los años bien puestos...
Sí, demasiado. Imagínate que el año pasado hice una portada superlinda para la revista ‘Soho’ de Colombia.

Es cierto. ¿Cómo fue hacer un semidesnudo?
Me fue bien, me preparé física y mentalmente. Fue un reto para mí. Lo disfruté.

¿Te sientes sexy?
No, para nada. Ni un poquito. Me considero divertida. Soy una mujer con actitud.

Cinthya, ¿a tus 32 años te consideras una mujer realizada?
Estoy superfeliz con todo lo que he logrado, pero siento que aún me falta hacer algunas cosas más, como participar en una película.

Esto es en el ámbito profesional, ¿y en lo personal?
Ahora me siento bien, en paz. Me gustaría tener una pareja, pero llegará en el momento preciso. Los hijos también. Sí me gustaría ser mamá y casarme.

Después de tres años, ¿cómo recuerdas ese proyecto de matrimonio que tenías con Bruno Agostini?
Es algo en lo que no quisiera ahondar mucho. En la vida, de las cosas buenas y malas, siempre aprendes algo. Eso me hizo más fuerte, me hizo más selectiva, me ayudó a ser mejor persona. Cuando sucede algo que tenías planeado y no se da, es por un motivo. Me hizo confirmar que la felicidad depende de cada uno.

¿Le agradeces a Dios, al destino, por no haberte casado con Bruno?
Sabes qué..., sí. Estoy bien después de todo lo que pasó, estoy bien con lo que aprendí y estoy echada para adelante.

¿Actualmente estás con alguien?
No, con nadie.

¿Es difícil conquistarte?
Hay que ser inteligente para conquistarme.

¿Una buena conversación?
Obvio. Que sea un caballero, en todo el sentido de la palabra. A mí no me impresiona la plata, me impresiona un hombre seguro, que sepa lo que quiere en la vida, que sea divertido y respetuoso.

Pero para algunos hombres, una mujer inteligente y guapa es algo intimidante...
Pero quién no quisiera tener a su lado una mujer que sea centrada, hogareña, que le guste la familia, que tenga una relación linda con Dios, que se dé su lugar. Los que se asustan son los que no están seguros o les gusta estar ‘picando’ por aquí y por allá. Siempre para un roto hay un descosido.

¿Ya sabes reconocer a esos muchachos que vienen con malas intenciones?
Por supuesto. No permito que se me acerquen. He mandado a volar a un montón. No estoy para perder mi tiempo.

¿El hombre que llegue tiene que ser para siempre?
Claro. Yo no estoy para cuidar a nadie ni para que me cuiden. No soy mamá de mi pareja ni él es mi papá.

¿Eres celosa?
No, para nada. Soy tranquila. Si no quiere estar conmigo, chau. Él se lo pierde.

Eres muy creyente, ¿verdad?
Sí, desde chiquita. Creo porque lo he podido sentir y es real. ¿Puedo contarte una historia?

Adelante...
Mis padres no podían tener hijos, porque mi mamá era estéril. Por eso tenían a una sobrina a quien criaban como a su hija, la querían demasiado, era la adoración de mis padres. Pero un día esa sobrina falleció. Esto devastó a mis papás. Mi papá renegó de Dios y le dijo: ‘Me quitaste lo más preciado que tenía’.

¿Luego qué sucedió?
Entonces Dios les concedió un regalo, que fue mi hermana Titi. Mi papá se reconcilió con Dios. Después vino el segundo milagro, yo. Cómo no voy a estar agradecida con Dios, es algo que lo digo y disfruto.

¿Cuánto tiempo tienes en Perú?
Voy a cumplir tres meses aquí. El año pasado estuve seis meses.

¿Cómo te está tratando el país, cómo te sientes?
Estoy contenta, feliz. Me encanta Perú. Me siento muy agradecida.

¿Estás aprendiendo a preparar los platos típicos?
Mira, estoy aprendiendo a comer ja, ja, ja. No tengo tiempo para poder cocinar, me levanto bien temprano.

Eres una mujer de buen diente. ¿Cómo haces para mantener esa figura?
Entreno duro, muy duro. Voy 45 minutos al gimnasio. Antes practicaba natación, ahora solo estoy haciendo ejercicios funcionales.

Ahora estás en ‘El gran show’. ¿Te sorprendió la convocatoria?
Sí. Fue algo loco, divertido. Tengo puesta la camiseta de Ecuador, pero a la vez el corazón de Perú. Yo he llegado con humildad, voy a disfrutar esta competencia y llegaré hasta donde tenga que llegar.

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