La sufre, la ‘Chicha’ esta de duelo. Un referente, desde los tiempos del Gran ha partido al cielo. El arte popular de nuestro país suelta una lágrima por la partida de José Abelardo Gutiérrez Alanya, conocido en cada rincón del Perú como quien partió a la eternidad después de una lucha despiadada con la diabetes, que devino en una insuficiencia renal.

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El muchacho que creció en el ‘Cerro San Cosme’, que sufrió y le dio lucha a la miseria, encontró en su voz la manera de salir adelante. Porque desde muy pequeño, recorrió los mercados cercanos a su casa, buscando que encontrar una fruta que se pueda salvar o una papa aguachenta pero que en la olla de su madre podía transformarse en un delicioso manjar. Cuando el hambre aprieta, no hay pan duro y el cuerpo se hace inmune.

Pero antes de ser un cantante famoso, el engreído de las ‘Pitucas’, le canto a las urgencias del barrio, a los problemas de la cuadra, al preso que no veía a su madre, también hacía referencia a la infidelidad, por la mujer que se fue y tantas historias cotidianas que hicieron que sus seguidores se iban alineando tras él.

Por aquellos tiempos, el máximo exponente de la ‘Chicha’ era Lorenzo Palacios Quispe, el popular ‘Papá Chacalón’, también conocido como el ‘Faraón de la cumbia peruana’. Solía llenar la famosa ‘Carpa Grau’ y sus admiradores, que llegaban de los conos, tenían una frase para resumir lo que despertaba en ellos el cantante: ‘Cuando ‘Chacalón’ canta, los cerros bajan’ y el atrevido gordito, que ya tenía admiradores incondicionales, partiendo del mismo eslogan que utilizaba su antecesor, instaló un enfrentamiento abierto y provocador. ‘Cuando ‘Tongo’ canta, los cerros bajan, pero en patines’.

Se dice, se comenta, que ambos artistas nunca se llevaron bien, que Lorenzo Palacios no le daba muchas oportunidades en sus presentaciones y que el ‘Gordito bonachón’ era quien más podía hacerle sombra, pero la versión no fue corroborada, solo contada por sus admiradores y eso siempre lleva una gran carga de subjetividad. Lo que sí es una versión de primera mano, fue el origen de su apelativo. Un sábado por la tarde, este periodista y el artista, realizaban una entrevista y las fotos se tenían que realizar en el cerro ‘San Cristóbal’.

‘Tongo’ era crema

‘Siempre fui hincha de Universitario de Deportes, es mi equipo, pero cuando era chico, jugaba con los muchachos al fútbol y no era tan malo, me defendía. En ese año, Defensor Lima había armado un equipo poderoso, de figuras nacionales y trajo futbolistas argentinos que fueron una verdadera sensación en el campeonato’, fueron sus primeras palabras, cargadas de entusiasmo.

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Así nace el apodo

Y siguió, quizá regresando con su imaginación a esos tiempos de libertad absoluta, sin ser nada famoso, pero feliz. ‘Pese a ser crema, admiraba al argentino Miguel Ángel Tojo. Un gran delantero y me gustaba e intentaba imitarlo. En el barrio, cuando jugaba y tenía el balón, yo decía: ‘Avanza Tojo con la pelota’. Al menos yo creía que decía eso, pero como tenía problema para pronunciar, se escuchaba algo así como ‘Tongo’ y los muchachos me bautizaron con ese apelativo y me quedé para siempre’, confesó.

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