Manchester by the sea, una película sobre el dolor insuperable

Lee Chandler (Casey Affleck) está sumido en una profunda depresión. El espectador se preguntará desde la primera escena qué ha ocurrido con este hombre. Luce tan miserable e infeliz. ¿Por qué no tiene aspiraciones? ¿Por qué vive solo y alejado de su familia? De esta forma, Manchester by the sea se presentará como un enigma al inicio. Lee no lo dice, pero no es necesario que lo diga. No hace falta que hable sobre su vida o su pasado, para percibir el peso de su oscuridad.

Manchester by the sea es un drama inusual y con toques de humor lúdicos. Una cinta que elige no mostrar abiertamente los sentimientos de sus personajes. No fuerza nada. Tampoco es una película sobre un caso de superación, pues Lee parece cargar una cruz interminable. No espera nada de nadie. Se siente incapaz de rehacer su vida, como en cambio sí lo han hecho su ex pareja y la madre de Patrick, su sobrino. ¿Pero en realidad han logrado hacerlo o solo intentan parchar su pasado?

Para esta aficionada al cine, el logro más notable de Manchester by the sea es su guion, su narrativa fílmica. No por nada su director y guionista, Kenneth Lonergan, se alzó con el Oscar a Mejor Guion, el pasado 26 de febrero. La cinta se ubica en el presente de los personajes, por lo que las escenas retrospectivas del pasado será necesarias para entender lo que sucede con Lee, y por qué el hecho de convertirse en tutor de su sobrino tras la muerte de su hermano, le parece algo imposible. “No lo puedo superar”, se sincerará Lee.

Manchester by the sea busca ahondar en el dolor humano. En cómo lo vivimos. En cómo el dolor transforma a las personas. ¿En qué las convierte? Lee cambia radicalmente, y es ahí donde la actuación de Casey Affleck destaca por su solidez y complejidad.

El hermano de Ben Affleck obtuvo el Oscar a Mejor Actor por su papel en esta cinta. Un reconocimiento que ha sido duramente criticado, debido que sobre Casey pesan denuncias de acoso sexual.

El mar, escenario de Manchester by the sea, se presentará como “una salida” para los personajes. Pero la calma de las aguas que bordean el pueblo llamado como la misma película no será suficiente. El viento helado logrará inmiscuirse de cualquier modo. Luego de ver la cinta, es posible que el espectador termine movido, y en cierto modo, se detenga a reflexionar sobre la vida y el dolor, aunque la película de Lonergan, como ya dijimos antes, no busque eso.