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ha estado en la boca de todos por la loable labor de empresaria y calidad humana que ha demostrado hacia sus trabajadores de su cadena de chifas a quienes no desamparó en medio de la pandemia por el coronavirus. En varias oportunidades que atraviesan las personas por el covid, por lo que su labor como empresaria ha sido valorada por los peruanos, quienes la convirtieron en tendencia durante varios días

Sin embargo, detrás de esta historia de éxito, encontramos pasajes muy duros que la misma Patty Wong se encargó de revelar. Una infancia marcada por la pobreza y decepciones amorosas que le sirvieron para convertirse en la mujer guerrera que es hoy en día.

Patty Wong hija de un cocinero chino y una madre cusqueña. ha revelado que no nació en cuna de oro y que, incluso, una vez su madre la llevó junto a sus hermanos hacia un puente para lanzarse desde allí porque no tenían qué comer.

Conoce más de la historia de Patty Wong en el siguiente video:

Todo comenzó cuando Patty Wong realizó una transmisión en vivo. “Gracias por cuidarnos”, dice Patty Wong antes de entregar los alimentos que preparó para el personal de limpieza de su distrito. que se prepara en su restaurante, el cual lleva su nombre.

Días después, enrecordó su niñez en pobreza extrema al hablar de sus trabajadores y la próxima reapertura de sus restaurantes.

“Hemos esperado 4 meses y hemos salvado a mucha gente de que hoy sigan con nosotros... Yo no estoy viendo ganancia en este momento, quiero que salgamos como unidad”, dijo la exmodelo.

Asimismo, aseguró que el haber pasado por pobreza extrema hace que vea a sus trabajadores de manera diferente, como su propia familia. “Mi mamá trabajaba horas y se guardaba su comida y nos lo repartía de cuchara en cuchara a nosotros”, dijo conmovida.

VENDÍA SÁNGUCHES EN EL COLEGIO

confesó que todo lo que ha vivido le ha servido para afrontar la vida, pues nunca la ha tenido fácil y ante esta pandemia también ha logrado sacar fuerzas para poder afrontar la crisis económica en la que están la mayoría de los empresarios en el país.

“Tanto a mi madre como a mis hermanos no les gusta mover eso, yo estoy muy orgullosa de lo que he vivido. En el colegio, a los 12 años, también vendía sándwiches de pollo y me gané la chapa de ‘ambulante’ sumada a la de ‘cara de plato’, pero para mí todo eso han sido cicatrices de guerra, y si mi historia puede inspirar a otras personas a no rendirse y salir adelante, pues bien”, reveló.

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