La serie de contiene escenas fuertes de sexo y una explícita de suicidio. Por este motivo, en Nueva Zelanda la han considerado una producción para mayores de 18 años.

El organismo censor de Nueva Zelanda determinó que los menores que desean ver a serie deben hacerlo acompañados de algún adulto. Además, han solicitado que al inicio y al final de la serie se realice una advertencia sobre las escenas.

Las primeras semanas de estreno, la serie dio esta advertencia en los últimos tres episodios, pero ahora se ha expandido esta advertencia hasta la mitad de la serie. En Nueva Zelanda argumentaron que “el método de suicidio es mostrado con claridad, contraviniendo lineamientos de salud establecidos y creando la posibilidad de un comportamiento de imitación”.


También incluyeron la historia en sí, pues creen que el suicido que comete la protagonista es una decisión fatalista. "En la vida real, la mayoría de quienes tiene pensamientos suicidas se recuperan y no ponen fin a sus vidas”, argumentaron. 

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