Xoana González nos sorprende con una nueva columna en Xoana Love.
Xoana González

Tengo reuma en las manos. Mamá me acompañó a ver al especialista y ella lloraba porque es quien sufre de reuma deformativo desde que tiene 15 años y no quería que herede ‘sus defectos’. Cuando el doctor me confirma el diagnóstico con un aire de tristeza y pena lo único que quería era que deje de llorar. La miré y le dije al oído mientras la abrazaba: “Me encantan tus manos, todas las caricias que me hacías de bebé y Dios no me podía regalar algo más lindo que llevarte conmigo todos los días. No llores que para mí es una bendición tener las manos iguales y llevarte conmigo a donde vaya. Además así tenemos más temas en común para charlar"

Me abrazó fuerte y me dijo que soy una loca.

Ella siguió dando clase de matemática con las tizas así que yo no voy a dejar de pintar cuadros, ni de arreglar la casa. Con el dolor ya somos amigos y esta ‘enfermedad’ la llevo con orgullo. Es otra prueba de que uno hace lo que se propone por más obstáculos o perras infelices. La felicidad es una cuestión de actitud. Te amo mami: Sos hermosa con esas manos porque son parte de vos y te amo así.

¿Por qué los padres quieren que solo heredemos lo bueno? Entiendo la preocupación de saber que su hijo lleva en su sangre un desperfecto (para la mirada de la sociedad) o quizás sea el dolor que le producirá que ellos ya conocen. Yo no lo veo así. Me encantaría que mis hijos el día de mañana (con ayuda de la ciencia y los ahorros) hereden mi nariz chueca, las manos ásperas de Rodrigo, mi impulsividad y mi alegría de vivir, la constancia y la perseverancias del gorila y su vagancia a la hora de trabajar, sus odiosos ronquidos y su hermosa sensibilidad, mi terquedad y mis posturas necias justificando lo injustificable con tal de ganar una pelea.

No hay nada más lindo que ver crecer a tus hijos y pensar “eso lo heredo de mí… hasta los ‘defectos’, y lo pongo entre comillas porque es ante la mirada absurda de la sociedad que te señala con el dedo si estás gordita o si tenés las manos deformadas. ¡Es tan subjetiva la belleza! Últimamente noto que la gente está de cabeza. Juzgan a Michelle Soifer por unos kilos de amor (aclaración: no soy michilover) ¿acaso no miran a golpeadores y perras envidiosas que hacen berrinche si les dicen algo que ellas mismas exponen? Haciendo el mal por la vida. La prensa pasa horas con notas sobre si le queda bien o mal el vestido de fulana y hablan dos minutos de los sueldos que nos les pagan a los empleados que se levantan temprano para llevar el pan a sus hijos.

Por estas ironías, a mí me resbala básicamente todo lo que digan de mí los que no me conocen. Me acostumbré a cerrarles la boca y convivir con el cartel de Candy y hace tres años soy fiel a mi esposo. Después de padecerlo por tantos años terminé aceptándolo como la mala conciencia de nosotros mismos que forma parte del rompecabezas imperfecto. ¿Fiestera deslenguada y excesos? Jamás nadie me vio de juerga borracha dando pena en el sur. Okey deslenguada puede que sea, pero preferible lobo que es lobo y no lobo disfrazado de cordero. A veces las apariencias engañan mis amores. Y como de costumbre me voy por las ramas.

Les dejo esta reflexión, abrazos y mucha luz a todos.

Nos vemos el próximo lunes.

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