La leche materna es el mejor alimento para el buen crecimiento de los niños, por eso debe ser consumido de manera exclusiva hasta cumplir los seis meses y continuar hasta los dos años, en lo posible. Esto porque contiene proteínas que fortalecen el sistema inmune de los bebés, disminuyendo el riesgo de que se enfermen de diarreas, , alergias, sobrepeso y obesidad. Además, protege a las madres que dan de lactar reduciendo la posibilidad de padecer cáncer de mama y de ovario, hipertensión, diabetes y enfermedades cardiovasculares.

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Para el especialista en nutrición Alejandro Vargas después de los seis meses los requerimientos nutricionales del bebé son mayores, por eso se debe sumar a la lactancia la alimentación complementaria (deben consultar con el pediatra).

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A TENER CUIDADO

El reemplazo de leche materna por una en fórmula puede perjudicar la nutrición del bebé. “Algunos estudios revelan que la leche en fórmula aumenta la posibilidad del lactante de desarrollar sobrepeso, obesidad y otras enfermedades, ya que su composición tiene un contenido calórico elevado, es decir, son altos en azúcares y grasas”, señalan especialistas de la ONG Acción contra el Hambre.

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A través de esa conducta el niño puede estar buscando llamar la atención de sus padres, ser aceptado en un grupo social, ocultar su baja autoestima o tratar de olvidar las cosas que suceden en casa.

, por eso no es extraño que sean bromistas y hagan reír a medio mundo con sus ocurrencias. El problema viene cuando detrás de este comportamiento se esconde alguna carencia o necesidad.

“A través de esa conducta el niño puede estar buscando llamar la atención de sus padres, ser aceptado en un grupo social, ocultar su baja autoestima o tratar de olvidar las cosas que suceden en casa (discusiones y/o peleas entre los padres o con los hermanos). Uno se da cuenta de que no es normal cuando el chico quiere hacer reír a los demás a toda costa, sin importarle quedar en ridículo él mismo”, indicó el psicólogo y psicoterapeuta Walter Hinojosa.

CONSEJOS

♦ELOGIA LA GRACIA, PERO PON LÍMITES. Ser gracioso y divertido no está mal, pero debe saber cuándo es el momento de serlo. Hay que marcar límites para evitar que esta actitud se convierta en algo malo.

♦REFUERZA SU AUTOESTIMA. Todos los días dile lo importante que es para ti. Recuérdale las cualidades que tiene, esto fortalecerá su seguridad y confianza en sí mismo.

♦HABLA CON LOS PROFESORES. Quizás el niño solo se porta así en el colegio.

♦SI NOTAS QUE ALGO NO está bien, visiten a un psicólogo.

SABÍAS QUE...

Estos niños tienen diferentes formas de actuar. Ejemplos: contestan con una broma ante una pregunta del maestro, se hacen notar al entrar al salón o tiran cosas y hacen una escena para recogerlas.

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