Las madres solteras también pueden criar bien a sus hijos pese a que la ausencia del padre pueda significar un vacío familiar. A veces figuras sustitutas como los abuelos o tíos pueden asumir el rol paterno y aliviar la ausencia, pero nunca la reemplazarán. Aquellas mujeres que fueron abandonadas por su pareja apenas pronunciaron la frase ‘estoy embarazada’ o enviudaron prontamente tienen un arduo trabajo, pero sin duda gratificante.

La madre soltera debe con cariño y hablándole siempre con calma, sin que ello signifique consentir. Con sus palabras y tranquilidad controlará los impulsos agresivos o ansiedades del niño a medida que crece. La mujer, además, debe explicarle de la forma más cálida y solo cuando tenga edad para comprender, cuál es la situación de su padre.

Aun así, la nula presencia de este siempre generará falta de soporte en el hijo, pues el progenitor le da sentido de realidad a su mundo infantil y le permite asumir reglas.  Al momento de criar, la madre soltera no debe descargar en su niño el dolor o rabia que siente por la ausencia del padre, casi siempre en acciones como el consentir mucho (satisfaciéndole todos sus caprichos) o castigar físicamente. 

La madre  soltera debe hacer un duelo (cuanto antes, mejor) para superar la ausencia de la pareja. Tiene que evaluar y resolver sus problemas sin involucrar al hijo, jamás creyendo que el niño llenará el vacío que dejó la pareja. Eso únicamente causará confusión en la identidad de su pequeño sostiene.

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