Esta última semana y al parecer por motivos ajenos al amor, sin embargo, la psicóloga Rebeca Podestá afirma que casarse va mucho más allá de intereses económicos o sociales, de una fiesta o un anillo caro. Es un compromiso mental que debe analizarse con cautela, pues es la base de una familia (con hijos o sin ellos) y requiere de mucha madurez para realizarlo.

“El matrimonio implica tener consciencia de que ambos van a unir sus estilos de vida a fin de formar uno nuevo, para lo cual se requiere de mucha disposición para entender que tienen derechos y deberes uno con el otro y que por tanto deben coordinar, negociar, ceder, cambiar sus costumbres y brindarse asistencia emocional y económica”, dice la especialista.

Para todo ello, se requiere conocer bien a la por lo que se recomienda casarse después de un año de enamoramiento, pues es cuando se conocen mejor. “Cuando esperan que pase la etapa de la ilusión y se aceptan con defectos y virtudes suele haber mayor consciencia sobre el deseo de casarse y hay más probabilidades de que el matrimonio sea duradero”, señala Podestá.

PROYECTO EN COMÚN

Todos los casados deben tener un proyecto en común y, además, proyectos individuales que sean compatibles: tener hijos, perros, juntar bienes, viajar, tener negocios. Sin eso la pareja no tiene rumbo ni motivos para estar juntos.

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