Los ingredientes para mantener viva la llama del amor son varios. Uno de ellos es la intimidad y eso, aunque algunos se sonrojen y digan que ‘no es necesario’, sí influye en el Pero, ojo, no se trata solo del acto sexual, sino de todo aquello que interviene: miradas, caricias, los besos, juegos, palabras... acciones que se manejan dentro del terreno de lo erótico.

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El psicoterapeuta de parejas Walter Hinojosa señala que, si bien con el paso de los años, la práctica sexual va disminuyendo debido a la rutina, el cansancio, el estrés y las miles de cosas que se hacen al día, es fundamental que la pareja programe un tiempo para ese aspecto íntimo. Si te da pena que los niños estén casa, déjalos una noche con sus abuelos.

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También puedes escaparte y viajar con tu pareja un fin de semana a un resort. O quedarse en casa mientras los chicos estén en el colegio. No se rindan y no digan ‘no hay tiempo’ o ‘ya será otro día’. La idea es agotar las opciones para que el encuentro sexual se dé. Y, como dicen, si uno quiere, lo hace contra viento y marea.

FRECUENCIA

Más allá de cuántas relaciones sexuales tienen a la semana, lo importante es la calidad. Pregúntense qué tal la pasaron, cómo se sienten, qué les gustaría experimentar la próxima vez. Estas interrogantes ayudarán a que cada vez el disfrute sea más óptimo. No desesperen si los encuentros íntimos no son todos los días. Eso dependerá del ritmo de cada pareja. Para algunos está bien dos veces o tres a la semana, para otros una vez a la semana.

INNOVACIÓN

A veces la monotonía no permite disfrutar la sexualidad plenamente. Para darle un giro distinto, por ejemplo, maticen con un juego de roles o prueben nuevas posturas, pero sin exigir tanto. Vayan poco a poco y notarán la diferencia.

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