En el Perú, las enfermedades gastrointestinales afectan a toda la población pero sobre todo a los niños menores de 5 años, según la Dirección General de Epidemiología del Ministerio de Salud. La causa más importante es el consumo de agua contaminada, siendo este hábito más frecuente en la población rural y del campo.

“El agua contaminada es el vehículo por donde viajan los agentes que generan como la gastroenterocolitis, la diarrea, el cólera o la hepatitis. También tenemos la presencia de larvas e insectos que se posan en el agua, que transmiten otras dolencias como el dengue, la malaria, el paludismo, el zika y la chinkungunya”, afirmó Hugo Siu, médico infectólogo y especialista en salud ambiental.

PREVENCIÓN
Una manera sencilla de prevenir estos males es echando una dosis de lejía, tanto en el agua almacenada como en la que usamos para lavar los alimentos. Este producto de limpieza tiene un que dura más tiempo. 
Presta atención a las siguiente recomendaciones: 

Limpia. Lava bien los recipientes donde almacenas el agua de consumo y de cocina. Mantenlos bien tapados o cubiertos..

Desinfecta. Aplica 3 gotas de lejía por un litro de agua si es agua clara y 5 gotas si es agua turbia. Luego déjala reposar durante 30 minutos. También lava bien las frutas y verduras que usarás para preparar los alimentos para tu familia. Sumérgelas en un recipiente con 5 litros de agua y 1 ½ cucharada de lejía. Déjalas reposar por 2 minutos.

Cubre. Tapa bien los recipientes donde almacenas agua y los alimentos así desinfectados para que ningún insecto o suciedad se pose en ellos.

Lávate. No olvides lavarte las manos antes y después de ir al baño.

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