En las clases de Historia del profesor Fidel Berrospi (56) no importa si un hecho ocurrió hace cientos de años atrás, él se encarga de transportar a sus alumnos a aquella época. Para lograrlo se vale de más de un centenar de disfraces que él utiliza en el aula para revivir los acontecimientos, así como de la imaginación de los escolares.

Este esfuerzo del profesor Berrospi ha permitido que los estudiantes del colegio José Carlos Mariátegui de Comas en aprendan de forma efectiva el curso y lo consideren su profesor favorito, pues todos los estudiantes están felices de ver a un personaje de historia o hasta un cavernícola en su salón de clases.  

¿Cómo se le ocurrió esta idea?

Nació entre broma y broma con mis estudiantes. Les encargué una exposición acerca del imperio incaico y recuerdo haberles dicho que sería mejor si venían disfrazados. Ellos se rieron y dijeron “¿Cómo vamos a venir disfrazados, profe?”, así que decidí venir caracterizado yo para dar el ejemplo.

¿Cómo reaccionaron sus alumnos la primera vez?
Se rieron (risas), pero eso no fue lo importante. En aquella clase, les hablé acerca de los incas y su cultura y atendieron la lección de principio a fin. Ahí pensé en que sería bueno disfrazarme para cada lección.

¿No le avergüenza disfrazarse?
No, uno debe avergonzarse de los malos actos. Lo que yo hago es para que mis alumnos se diviertan al aprender, que para mí es el mejor método de enseñanza. Es como el trabajo, uno rinde mejor cuando le gusta lo que hace.

Y por lo visto, a usted le encanta su trabajo…
Sí. Yo renuncié a mi carrera como ingeniero agrónomo porque me apasionaba dictar clases. Incluso dejé mi tierra. Yo soy huanuqueño. Me hablaron de la posibilidad de enseñar en Lima y vine hace más de veinte años.

¿Cuántos disfraces ha usado?
Más de cien, y los tengo en casa. Algunos los he comprado y otros los he armado con material reciclable con ayuda de algunos de mis alumnos y mi esposa.

¿Qué dice su esposa de todo esto?
Me entiende, ella también es docente en este mismo colegio y me ha dicho que lo que hago es admirable. Está orgullosa de mí.

Imagino que pasa toda la tarde preparando a su personaje…
No toda la tarde. Cuando salgo de clases, voy a almorzar a casa y luego salgo con el auto a hacer taxi. El sueldo de un docente no alcanza, por eso hay que buscar otras alternativas. Yo tengo un hijo, así que tengo que esforzarme.

¿Cuál es el personaje más gracioso del que se ha disfrazado?
Creo que el cavernícola y Hitler son los más graciosos. El primero porque actúo como loco (risas) y el segundo por la forma de hablar que le doy a Hitler, los gritos y todo. Me divierto mucho.

¿Qué siente de saber que su curso es el favorito de todos los alumnos?
Feliz. Que un estudiante vaya a casa con la clase aprendida es y debe ser la más grande satisfacción de un docente. (Michael Livia)

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