Todas las pasan por momentos altos y bajos. A veces la pareja es capaz de superar el bache e, incluso, salir fortalecida de esa situación.

Pero a veces la crisis es tan fuerte que ni los consejos de los amigos, ni el interés que ponen los dos implicados para salvar la relación de pareja, son suficientes. Cuando esto ocurre es necesaria la ayuda de un profesional.

La terapia de pareja es el último recurso para evitar la ruptura, pero mientras más tiempo se acumulen las heridas emocionales, como frustración, enojo, celos, decepciones y/o distanciamiento, más difícil será para el profesional ayudar a superarlos.

Acudir a terapia ayuda a expresar nuestros sentimientos, reflexionar sobre aquello que nos preocupa y nos guía sobre qué hacer y cómo afrontar determinadas situaciones.

COMPROMISO DE AMBOS

Si estás pensando en ir a terapia de pareja, es importante que la decisión sea mutua. Si uno lo sugiere, el otro debe acceder voluntariamente y comprometerse con el tratamiento. En caso contrario, no servirá de nada.

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