Del saque somos carnecita... La firme que el 15 de noviembre será durísimo si lo permitimos y no adelantamos en la primera media hora. Nueva Zelanda, en su propia cancha, no nos generó una jugada de peligro. Corriendo y chocando son cargosos, pero ofensivamente no tienen recursos ni guion. Solo están esperanzados en su ‘9’ Chris Wood. Una pelota parada, un tiro libre, un córner, un rechazo al vacío, un blooper, un error grosero, una manito de Dios, un regalo arbitral, esas son las formas por las que tendrían opción de ‘vacunarnos’ y se puede dar. Es lo que me dejó el choque de ida. Así que después de los tres puntos de mesa, más no le podemos pedir a la buena suerte. Esto no quiere decir que somos más ni los subestimemos. Esto nos debe dar la confianza de soltarnos. No me quiero ni imaginar adverso. Rexuxa...

Mi preocupación pasa por lo mental. Por la presión, ansiedad y desesperación. . Fijo que ahorita les está taladrando la cabecita a los jugadores: ‘Si nos eliminan, nos harán mela’. Hay que estar tranquilitos, serenos y sin perder la paciencia. Noto mucha tensión en los rostros. Caras duras y tics nerviosos. Esto se resuelve con creatividad, inteligencia, efectividad, carácter, conchudez y, sobre todo, inspiración. Solo quedan 90 minutos para sacarnos la mochila con arena y piedras. Ya no habrá otra oportunidad igual en muchísimo tiempo. La tortuga que no se escape del ascensor. Así es...

Si queremos cantar el himno nacional en Rusia 2018, que los peruanos viajemos en mancha a la fiesta máxima del fútbol y que trampeemos con esas blancas de ojos azules; Farfán, Carrillo, Cueva y Flores tienen que destaparse. Si queremos ser finitos y no encaramos, es por las santas hueveras, porque el balón no entra al arco sin que lo patees. El toquecito intrascendente es para la cancha sintética, la pichanga. Aquí hay que atreverse y meterla, porque lo otro no sirve. Ya van tres partidos que los defensas se la llevan de alivio. Y no va a ser...

Nueva Zelanda no va a ofrecer más de lo visto en Wellington. Lo único es que tendrán más espacios porque la localía y necesidad exigen que tomemos la iniciativa. Busquemos faltas cerca del área, rompamos líneas con paredes en primera y alimentemos con ventaja a Jefferson y los habilidosos, pues en la dividida vamos en desventaja. Antes del viernes, la mayoría apuntaba: ‘Son mantequillas’ y ‘no hay liga profesional en su país’. Ahora ya se instaló la duda y preguntan: ¿Podremos clasificar y celebrar? La palabra la tienen los jugadores. Los hinchas sigan alentando hasta el final... Me voy, soy fuga.

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