El Búho se sorprendió de la fanaticada peruana que tiene el grupo de K-pop surcoreano BTS. (Fotos: Facebook)
El Búho

Este Búho se debe a sus lectores. Pero confieso que me sorprendí cuando mi hija de doce años me pidió algo inusual: ‘Papá, veo que escribes en tus columnas sobre grupos de rock, como el del cantante de Queen, de la película. Mis amigas me dicen que por qué no escribes sobre nuestro grupo favorito, de Corea del Sur. Ellos tienen el récord histórico de visitas en YouTube de un estreno en video musical y en un solo día registraron 45 millones de vistas. ‘Idol’, su clip, batió a Taylor Swift, ¡imagínate!’.

Recuerdo que esa noche tuve un sueño alucinante donde desfilaban los chicos de BTS con sus pelos lacios, pintados y con flequillos al estilo de los Beatles de su primera época, pero también aparecía con mi hija en un estadio tan gigante como el Maracaná y junto a nosotros estaba Taylor Swift vacilándonos junto al actor de la película de culto ‘Oldboy’, Choi Min Sik, también coreano.

Desperté sudando y con una determinación. Debía explorar en la columna de los sábados, expresiones musicales de las nuevas generaciones. No solo mi hija es fan de ese grupo, todas sus amigas también son fanáticas de los siete adolescentes surcoreanos y como ellas, miles en todo el país. Cuando ingresé a su dormitorio, me sorprendí de que estuviera lleno de afiches del grupo con cara de chibolos, aunque sus edades oscilan entre los veinte y veinticinco años.

Eso sí, sus seguidoras son púberes, en su mayoría, de diez a trece años, y las más grandes no pasan los quince. Para este columnista, hasta antes de la conversación con su hija, eran unos completos desconocidos, pero son un fenómeno a nivel mundial. Este año ganaron los premios Billboard al ser el primer grupo coreano en llegar al número uno de ventas en Estados Unidos con su álbum ‘Love Yourself: Tear’. Jin, J-Hope, RM, Ji-min, Suga, V y Jung-kook llenan todos los estadios donde se presentan. Su tour mundial del 2018 se inició en Seúl con un estadio Olímpico full de bote a bote, con 90 mil chibolas y chibolos, padres incluidos. Solo dieron una función en Nueva York en su gira norteamericana, copando las 42 mil localidades del City Field. Su gira continuó por Europa y actualmente llenan estadios en Japón y en febrero del próximo año terminará esta parte de la gira.

Es muy probable que empalmen con una gira latinoamericana después. Al menos eso se dijo en los sendos eventos de los fans del grupo, realizados el sábado y domingo pasado en el coliseo de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, en Pueblo Libre, donde este Búho acudió acompañando a su pequeña. Fue una jornada maratónica, donde las fans pagaban 25 soles para ingresar y les entregaban un póster del grupo. Era un espectáculo que incluía una feria para adquirir souvenirs, desde pines hasta costosas poleras, calzado, tazas, vasos, polos y muñecos de los coreanos. Papá que iba solo con el dinero de la entrada, perdía por goleada. El negocio era la venta de recuerdos que tanto desean las fans: Además de conferencias sobre el grupo, proyección de documentales, conciertos en vivo y al tener una duración de diez de la mañana hasta las nueve de la noche, contaba con un patio de comidas donde vendían sopas ramen coreana y otros platillos del país de la Daewoo. Me tomé el trabajo de analizar la temática de sus letras y comprendí por qué a la mayoría de las asistentes se les notaba que son las tranquilas del salón, inocentes, que no tienen la pinta de ser las ‘matonas’ del colegio, como las ‘Pink Ladies’ de la película ‘Grease’.

Sus letras hablan de la ansiedad y de los problemas de los chicos en su casa, pero sobre todo en la secundaria, el instituto o la universidad. Hablan sobre temas recurrentes en la pubertad, la ilusión de la primera atracción o llamémosle amor, el desamor, la depresión, la pérdida del ser querido, un novio o un amigo. Si en un primer momento subieron como la espuma con los contagiantes ritmos del ‘hip-hop’ y sus alucinantes coreografías, posteriormente empezaron a incluir hermosas e intensas baladas. Esa tarde-noche comprendí en vivo y en directo por qué sus seguidoras forman una comunidad internacional con sus poleras y sus lentecitos redondos -como el que me hizo comprar mi niña-. BTS significa Bangtan Sonyeondan, que en español sería ‘chicos a prueba de balas’ o ‘boyscouts a prueba de balas’. Espero que esos mensajes sean captados por las adolescentes. Tengo que agradecerle a estos coreanos amantes de las bromas pesadas, que fueron un buen pretexto para ingresar y compartir el -a veces- impenetrable mundo interior de nuestros hijos. Apago el televisor

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