Este cree que el destino es circular, como cantaba el recordado vocalista del grupo ‘Virus’, Federico Moura. Todo como en un círculo, se repite lo bueno, pero sobre todo lo malo. En eso reflexionaba cuando leía en el diario que el jefe de servicios de una agencia bancaria de Ventanilla robó más de un millón y medio de soles de la bóveda de la sucursal, sin importarle que lo captara la cámara de seguridad y hoy está prófugo.

Ingreso al ‘túnel del tiempo’ para recordar el famoso caso del bancario Cromwell Gálvez, el llamado ‘Pasmarote de Pando’, quien robó de un poderoso banco local ¡¡dos millones de dólares!! durante cinco años, sin que nadie se dé cuenta.

Entre 1998 y 2003, este jefe de operaciones de una agencia frente al aeropuerto sustrajo esa cantidad, pero ¡oh sorpresa!, no se compró mansiones, autos, ni fondeó plata en bancos extranjeros. Todo el billetón que robó lo invirtió en francachelas, orgías con las vedettes más deseadas del país, a las que por acostarse con él, bailar para él y sus amigos en shows privados, hacía acreedoras de tarjetas del banco con miles de dólares de depósito. Claro, Cromwell siempre aclaraba: ‘Es un préstamo, cuando tengas, me lo devuelves sin intereses’. Todas juraban que sí. Ellas se pasaban la voz sobre el ‘Rey Midas de Pando’.

Este Búho, con esa suerte de periodista que siempre bendice, tuvo oportunidad de ver a Cromwell en acción, pero en esa época no lo habían descubierto. Estaba en el punto culminante de su pulposo delito. Recuerdo perfectamente que el año 2001 iba a visitar a mi hermano Walter Custodio, que vivía en San Miguel, barrio del bancario. Nos íbamos a un bar karaoke. Allí tomábamos chops y nos burlábamos de los ‘gallos’ de las parejas o grupos que llegaban a cantar.

Pero una noche, y luego serían varias noches, vimos una escena alucinante. Llegaban las más deseadas vedettes de Chollywood, que eran ‘figuras’ de la televisión. Pero lo más increíble era que estaba con ellas solo un gordito con pinta de ‘nerd’, muelón y de pelo lacio grasoso. Y todas estaban pendientes de él, lo acariciaban y el tipo como que las ‘arrochaba’ o se encamotaba con alguna a besos y manoseos, mientras las otras miraban con resignada envidia.

No tenía pinta de millonario, vestía un terno de empleado público, pero la mesa estaba llena de tragos finos y pedían chicharrones de pollo, lomos saltados y al final, cuando todos estaban ebrios, el feo pagaba con billetes verdes. ¿Y cómo lo hacía? Una noche, mi amigo se lo encontró en el baño.

“Causa, ¿cómo haces para estar con todas las vedettes?”, le preguntó. Su respuesta fue: “Trabajo en un banco”.

Cómo sería mi sorpresa, cuando un día todos los periódicos hicieron eco de la denuncia de un prestigioso banco: ‘Un empleado de su institución, llamado Cromwell Gálvez, había robado cibernéticamente ¡¡dos millones de dólares!! sin que nadie se diera cuenta’. Al ver la foto supe que era el mismo tipo que con mi amigo habíamos visto junto a las vedettes un par de años antes. Él estaba prófugo, pero los funcionarios del banco revelaron que cuando le pidieron que devuelva el dinero, a cambio de no denunciarlo, dijo que ya no lo tenía, que había hecho ‘préstamos’ y dio una lista de las más conocidas vedettes del medio, empezando por la ‘Mujer Boa’, a quien aseguró que le ‘prestó’ 240 mil dólares.

Cuando salió la lista de las bailarinas involucradas, ellas lo negaron como Pedro a Jesús, más de tres veces, sobre todo la más deseada, Eva María Abad. A la charapita, el bancario le desgració la vida. “Nunca hubiera podido estar con ese feo”, declaró ella a los cuatro vientos.

En venganza, Cromwell envió al programa de Magaly Medina un video que estalló como una bomba en el país y se transmitió a millones de televidentes. Hubo un juicio y las que lo habían negado tuvieron que reconocer que se habían acostado con el bancario y que los miles de dólares que les había colocado en sus tarjetas -cada una recibió por lo menos cincuenta mil- eran ‘regalos’ que les hizo por hacerles shows privados a él y sus amigos.

Cromwell, ya preso, fue un reo ejemplar, delegado de su pabellón, y por eso solo cumplió un tercio de su condena, tres años de prisión. A inicios del 2019 una información en las redes se hizo viral: ¡¡Cromwell Gálvez estaba trabajando como ‘fiscalizador’ en la Municipalidad de Comas!! Tal fue el revuelo que el flamante alcalde salió a desmentir públicamente ese rumor.

Conociendo al ‘Banquero de las Vedettes’, podría hasta estar trabajando, querido lector, tras la ventanilla del banco donde usted tiene sus ahorros.

Apago el televisor.

tags relacionadas

NOTICIAS SUGERIDAS

Contenido GEC