Este ha escrito ríos de tinta sobre el actor, especialmente por su extraordinaria actuación en esa serie de culto llamada ‘House of Cards’, de la cadena . Spacey lo ha ganado todo. Oscar, premios Emmy, Golden Globe. Pese a ello, hoy vive horas desesperadas. ¿La razón? Anthony Rapp, un actor de la serie ‘Star Trek, Discovery’, también de Netflix, acaba de acusarlo de acoso sexual durante una fiesta de Hollywood. Esto ocurrió en 1986, cuando Rapp tenía solo 14 años y Spacey 26. Según Rapp, acudió sin acompañantes mayores. “Cuando todos se fueron de la reunión decidí irme a mi casa y Kevin, al parecer ebrio, se interpuso en la puerta. Trataba de seducirme, estaba tratando de tener sexo conmigo. Me agarró y me tumbó sobre su cuerpo, pero me zafé”, reveló Rapp a ‘BuzzFeed News’. En esa fiesta, Spacey celebraba haber tenido su primer papel en una película. Esta era ‘Se acabó el pastel’, dirigida por Mike Nichols y protagonizada por los grandes Jack Nicholson y Meryl Streep. Su papel era insignificante, pero debió saberle a gloria.

Por eso se mandó una ‘bombaza’. Ignoro por qué el actor agredido demoró treinta y un años para hacer público el hecho. Y todavía hacer ese testimonio que golpea furibundamente la imagen de la estrella de Netflix, Spacey. Pero lo que me sorprende más son las excusas del laureado actor ante una acusación tan grave. El comunicado público de Kevin dice: ‘Aquellos que me conocen, en mi vida he tenido amores tanto con hombres como con mujeres. He amado encuentros románticos con hombres a lo largo de mi vida y ahora he decidido vivir como un hombre gay’. Y luego afirmó estar ‘horrorizado, pero que no recordaba el hecho’, y le ‘pidió disculpas por un inapropiado comportamiento de borracho’. Hago el esfuerzo por entender la situación de Spacey: ¿Está tratando de justificar el intento de violación a un menor de edad porque es gay? ¿Es que el hecho de no ser heterosexual, de no gustarle las mujeres, le da derecho a abusar de un menor de edad? ¡¡Por favor!! Pareciera creer que el ‘salir del clóset’ puede ‘suavizar el presunto delito’. A mí, francamente, me parece que no solo ofende nuestra inteligencia, sino también ofende a la comunidad gay, porque ¿acaso todos los homosexuales son violadores de niños? Por supuesto que no. Esos enfermos están en los dos lados. Pero seguramente en Estados Unidos y acá en Perú hay algunos que se ‘solidarizan’ con Spacey, y dirán, ahora que reveló su opción sexual, ‘quieren hacerle un linchamiento porque es gay’. Están totalmente equivocados.

Debe ser indignante, para un padre de familia de un niño abusado, escuchar la justificación de un presunto abusador. Los primeros que deberían deslindar con la condenable acción de Spacey es la comunidad gay. Si lo hubiera hecho público por asumir su opción sin rubor, como muchos actores de Hollywood, está en su derecho, pero no obligado por una terrible acusación que no niega. En Estados Unidos la justicia protege fieramente a los menores de los abusos sexuales. Un caso legendario y aleccionador lo protagonizó la justicia norteamericana contra el laureado director Roman Polanski. El polaco fue acusado de tener sexo y drogarse con una adolescente de 13 años, Samantha Geimer, en 1973. A pesar de haber pasado varias décadas de tan execrable delito y que la propia Geimer pidiera que se archive su caso, seguramente porque recibió grandes indemnizaciones del galardonado director polaco, la justicia norteamericana lo tiene como reo contumaz y solo espera que Roman aterrice, por distraído, en el aeropuerto de un país con tratado de extradición con Estados Unidos para llevarlo de las mechas a un tribunal y de allí a la cárcel. Este Búho se ve obligado a pensar, ¿de cuántos muchachitos y muchachitas podría haber abusado después, siendo ya un actor millonario, consagrado y con poder? Seguramente, como en otros casos, seguirán apareciendo denunciantes. Pienso en Michael Jackson, también acusado de someter a menores de edad que lo visitaban en su rancho ‘Neverland’, en California (Estados Unidos), y me causa repugnancia. Lo único que nos queda hacer, como padres, es cuidar muy bien a nuestros hijos. No olviden que ‘caras vemos, pero corazones no sabemos’. Apago el televisor.

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