Este Búho considera que la flamante presidenta Dina Boluarte va a tener una tregua corta y se enfrentará a retos gigantescos al frente del gobierno. En primer lugar, debe hacer todo lo contrario de lo que hizo . Nombrar a un premier que inspire confianza, una personalidad que tenga amplia experiencia, pero que sintonice con las regiones y no haga política para los amigotes de café ‘progres’, tipo Salvador ‘Pantaléón’ del Solar.

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A la vez, este primer ministro es importante que tenga credenciales impecables de honestidad y transparencia, todo lo contrario de un siniestro y maquiavélico Aníbal Torres o una resentida social como Betssy Chávez, que pueda tender puentes con autoridad en favor de la gobernabilidad nombrando un gabinete de ancha base. A su vez, ministros de primer nivel y que no deben ser fruto de repartijas y conciliábulos políticos. Superemos a la nefasta administración anterior, que tuvo funcionarios prontuariados, angurrientos, rateros del dinero fiscal, incapaces o fruto de repartijas.

En segundo lugar, la presidenta debe ‘desratizar’ las madrigueras de corruptos instaladas en los ministerios y dependencias estatales. Anular todos esos nombramientos de ‘buitres’ colocados allí por el castillismo, para reconstruir el saboteado aparato estatal. Volviendo a colocar a la meritocracia como requisito fundamental para ser funcionario del Estado. Ayer visitó Palacio, para entrevistarse con Dina, el ex ministro de Economía Alfonso Segura. Se necesita un ministro que impulse la reactivación económica para generar empleo y tenga presente una política agresiva de incentivo de la gran inversión de capital privado, nacional y extranjero.

El nuevo gobierno debe volver a reactivar la explotación minera

La principal generadora de divisas para el país, actualmente saboteada por tomas de carreteras y paralizaciones que ocasionan millonarias pérdidas. Sector que fue perjudicado por el gobierno del chotano, que se hizo intencionalmente de la vista gorda ante las agresiones a la gran minería. El nuevo gobierno de Boluarte parte de una inestabilidad que no desaparecerá con su juramentación como mandataria.

Tiene que lidiar con bancadas en el Congreso como Cambio Democrático, con la que ayer se reunió y le plantearon que insistirán en una ‘Asamblea Constituyente’ y un ‘cambio de Constitución’. Por otro lado, si se deja llevar por ‘cantos de sirena’ que la arrullan desde la izquierda, y nombra a un premier y ministros ‘caviares’, que se reparten entre su argolla los puestos públicos, habrá sellado su declaración de guerra con las bancadas fujimoristas o Avanza País.

Acción Popular se aseguró ‘alguito’ con Dina, al salvarle la cabeza de la inhabilitación en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, lo que posibilitó que llegara a la presidencia. El panorama es complicado, pero después de la pesadilla que se vivió con el golpista, esperemos que la presidenta logre estabilizar al pais e impulse una reforma política que encauce la gobernabilidad de la nación. Se merece la ‘tregua’ solicitada. Algo que calmaría las aguas tormentosas es que se nombre un gabinete decente, técnico y muy profesional. De cómo afronte estos retos verá si tiene aire para cumplir su ambiciosa meta que parece inverosímil: llegar como presidenta hasta el año 2026. En el Perú nada está dicho. Apago el televisor.

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