Este Búho anda sofocado por esta insoportable sensación térmica que ya llegó a los ¡¡treinta y siete grados!!, por los destructivos huaicos que hacen sufrir a una buena parte del Perú o por el aluvión de vergüenza e ignominia que les está cayendo a muchos por tantos sobornos y ‘cutras’. Este Búho abra sus ojazos de preocupación por el aumento en la desaprobación del presidente . Perder once puntos entre diciembre y enero, en medio del aluvión de corrupción de en primer lugar, puede hacer ver que la opinión pública lo culpa de los ‘faenones’ de tantos sinvergüenzas en tres gobiernos consecutivos, donde en uno de ellos fue ministro de Economía y Premier. Pero eso no es así. Veremos por qué.

1.- Mucho se habló de la ‘luna de miel’ entre PPK y el pueblo. Ni bien tomó al mando, demostró un estilo fresco, populachero, el mandatario ‘bailarín’, músico, deportista, que hasta mandaba a hacer aeróbicos a sus ministros. Su 60% de aprobación subió algunos puntitos. Pero la conformación de un Consejo de Ministros tecnocrático y con pocos operadores políticos, hacía presagiar que su Gobierno iba a estar indefenso ante una arremetida del fujimorismo revanchista desde el Congreso. Y así sucedió. Sin embargo, en vez de fortalecer su partido, inició viajes a China o Estados Unidos, dejando todas las ‘papas calientes’ al premier Fernando Zavala, quien se inclinó por lo más fácil, con tal de que le den facultades, cedió ante las presiones del fujimorismo en varios cargos públicos como en los miembros del directorio del BCR o la jefatura de la Sunat. Esto le acarreó la primera baja de sus aliados del Frente Amplio, con el ‘cura’ Arana a la cabeza.

2.- El segundo Waterloo de PPK se produjo al interior de su gobierno, ante las pésimas reacciones frente a clamorosos casos de corrupción como el de su asesor presidencial en Salud, Carlos Moreno, el del ‘Negociazo’. Al punto que hasta ahora Moreno, que jugó con la salud de los más pobres, afiliados al SIS, no ha sido expectorado, sino que está fuera de su cargo, ‘pero cobrando sueldo’. Esta imagen de ser débil o lo peor, incapaz de cortar de raíz la corrupción, hizo caer su aprobación, a lo que se sumó el caso Odebrecht.

3.- Su orfandad política en seis meses de gobierno lo coloca como el presidente con menor aprobación de los últimos cuatro gobiernos, pero Toledo, Alan y Ollanta tenían mayoría parlamentaria, PPK no. Y lo peor es que su propia bancada no muestra atisbos de blindar a su líder, quien los colocó en el Congreso. Pero lo peor es que dos de sus líderes de bancada, Violeta y Bruce, acaban de pasar por la ignominia de estar citados por la Comisión de Ética como investigados. Los apristas salvaron a Violeta, pero junto a los fujimoristas hundieron a Bruce ¡¡por querer que la policía custodie la fiesta de su negocio privado y todavía mandaba la ‘orden’ con papel membretado del Parlamento!! ¿Cómo un congresista con ese pensamiento podía ser escogido por PPK para ser el vocero de la bancada? Marisol Pérez Tello lleva el estigma de ser considerada ‘protectora’ de Martín Belaunde Lossio, que continúa en una clínica de lujo y no en la cárcel, y en los penales siguen sin funcionar los bloqueadores.

4.- Congresistas, como Juan Sheput, no ponen las manos al fuego por Pedro Pablo y nadie le aconseja que debió ir a ensuciarse los zapatos y llevar ayuda a los damnificados de los huaicos o asistir al entierro en la Cripta de los Héroes del mártir del Cenepa, cosa que la viuda se lo enrostró públicamente. ¿Quién se beneficia con que siga cayendo en su aprobación? Por el bien de la gobernabilidad y la democracia, PPK debería saber escuchar a sus ministros políticos, que no tienen intereses en proyectos multimillonarios. Que baje al llano, a la calle, a las provincias. Se están decepcionando de él y eso es peligroso para todos los que queremos que el país siga creciendo. Apago el televisor.

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