Este Búho está a la expectativa de las elecciones presidenciales en Estados Unidos entre el candidato republicano, el millonario y polémico y la demócrata . Según las encuestadoras habría un empate técnico, pero si Hillary, con el voto hispano gana en Florida, podría tener la cantidad de delegados para asegurarse la Presidencia. Este columnista quiere recordar a algunos de los mandatarios que han ocupado la Casa Blanca dejando huellas, algunas buenas y otras nefastas.

JOHN FITZGERALD KENNEDY: Fue elegido presidente en las elecciones más reñidas de la historia norteamericana. Su gobierno marcó un antes y un después en la comunicación política. En el primer debate televisivo en la historia de Estados Unidos, Kennedy cautivó a la teleaudiencia. Con su bronceado y su traje impecable, siempre sonriente. Su contrincante Richard Nixon, pese a solo llevarle cuatro años, parecía su papá. Tenía un traje antiguo y se rehusó a maquillarse. El mismo Kennedy reconoció que su victoria se debió a la televisión. Hasta un escritor combativo e izquierdista como Norman Mailer, se rindió ante el candidato en su extraordinario artículo ‘Superman va al supermercado’, donde describe la convención demócrata en la que eligieron a Kennedy candidato. Fue el primer presidente en la era de la televisión e hizo de su familia, su esposa y sus hijos, íconos de la cultura norteamericana. Hasta su asesinato en Dallas, el 22 de noviembre de 1963, se vio en televisión, lo que originó que el país y el mundo lo llorara y su figura creciera en la historia. Una película de Oliver Stone, ‘JFK’, sostiene la ‘teoría de la conspiración’ y que el asesino Lee Harvey Oswald no habría sido en realidad el francotirador que lo mató. Su affaire con la actriz Marilyn Monroe no opacó la imagen de padre de familia amoroso, una imagen que sus asesores se preocuparon de mostrar en la televisión.

RICHARD NIXON: El gran derrotado tuvo su revancha en 1968. En el libro ‘Cómo se vende a un Presidente’, de Joe McGinniss, se cuenta que Nixon aprendió la lección y contrató a un asesor para que lo ayudara a mostrarse ante cámaras. Aprendió la lección, pero durante su gobierno se produjo el escándalo de ‘Watergate’, que sepultó su imagen y se vio obligado a renunciar a la Presidencia en agosto de 1974 en un mensaje televisado. El ‘Caso Watergate’ se inició con el robo en un edificio de oficinas, donde funcionaban locales del Partido Demócrata. Dos periodistas del ‘Washington Post’ descubrieron que lo que parecía un simple robo, era un bien montado plan de la administración de Nixon para acosar a los opositores y realizar escuchas telefónicas ilegales. Para esto, el gobierno de Nixon utilizó al FBI y otras oficinas de inteligencia. Cuando se demostró que Nixon y los principales miembros de su gobierno estaban implicados, varios fueron encarcelados y el presidente, entre lágrimas, renunció públicamente a su cargo. Ahora a todos los casos de corrupción gubernamental se le introduce la palabra final ‘Gate’.

RONALD REAGAN: Hasta el año 1981, nadie imaginaba que un actor de Hollywood podía ser presidente de Estados Unidos. Ronald Reagan se hizo popular al participar en filmes de vaqueros y por presidir el sindicato de actores en los duros años de ‘la caza de brujas’ del senador Joseph McCarthy. Reagan, desde su puesto, prestó declaraciones en ese comité que buscaba ‘acabar con la infiltración comunista en los actores, directores y guionistas’. Como presidente, entre 1981 y 1989, vivió los últimos años de la ‘Guerra fría’ contra la entonces URSS, boicoteó los Juegos Olímpicos de Moscú, apoyó la resistencia afgana ante la inacción soviética en Afganistán, a Irak en su guerra con Irán y a los ‘contras’ en Nicaragua. El 30 de marzo de 1981, con solo 69 días en el cargo, fue baleado por John Hinckley Jr., a su salida del ‘Washington Hilton’. Fue el único presidente norteamericano en haber salido ileso de un atentado.

GEORGE W. BUSH: El 43 presidente de los Estados Unidos es uno de los personajes más controvertidos que han ocupado la Casa Blanca. Hijo de otro jefe de Estado norteamericano. Se habló mucho que en su juventud tuvo una seria adicción al alcohol y a la cocaína. Inclusive, fue fichado por manejar en estado de ebriedad. Un miembro de la plana mayor de su partido lo calificó de ‘incontrolable’. Hasta su propio padre, George Bush, expresidente, sacó un libro (Destino y poder: La odisea americana de George Bush’) donde critica a su hijo por sus desafortunadas declaraciones sobre política internacional. Los comentarios en los periódicos más influyentes de USA eran que el ‘viejo’ Bush llamaba a su hijo ‘presidente burro’ cuando estaba con sus hombres de confianza. Apago el televisor.

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