Mi amigo Gary llegó al restaurante por un sabroso riñoncito al vino, con su papita picada, hongos y laurel, arroz blanco graneado y para tomar una jarra de limonada frozen. “María, se me parte el corazón cuando veo por la televisión esos reportajes del asilo Canevaro donde hay muchos a los que sus han abandonado. Los pobrecitos lloran para que los vayan a visitar.

Una viejecita llegó a decir: ‘Hijo, ya todo está olvidado y perdonado, vengan a verme con mi nieta, quiero conocerla y abrazarla’, con la esperanza de que ese ser al que un día trajo al mundo, se acuerde de ella. Entre las principales cualidades de los hijos deberían encontrarse el respeto, gratitud y cariño por sus padres. Qué triste es ver a personas que no tratan bien a sus progenitores, los marginan y hasta abandonan después que ellos dieron su vida, pasaron hambre, frío y noches en vela por sus hijos. 

Los padres, en especial los que están en la tercera edad, necesitan comprensión, múltiples atenciones y amor. Los ancianos se deprimen con frecuencia porque ya no tienen fuerzas, se olvidan de las cosas y sufren los achaques propios de la edad. El amor a los padres no se compara con nada, en alguna etapa de nuestra vida llegamos a darnos cuenta de eso y para algunos ya es demasiado tarde. Aquí te dejo algunos para tus lectores:

Cuida de ellos. Tanto física como mentalmente. Mantente atento a su salud, ten en cuenta que los achaques de la edad son una cosa y las enfermedades, otra. Si se sienten deprimidos, habla con ellos sobre cosas positivas.

Demuéstrales cuánto los amas. Esas hermosas palabras: ‘te amo’, son las que ellos siempre quieren escuchar. Si los tienes cerca, abrázalos y diles cuánto los quieres.

Comparte tu tiempo con ellos. Llevamos una vida complicada y probablemente nos falte tiempo. Pero, ¿cuándo vamos a tener tiempo para ellos? ¿Cuando ya no estén y nos hagan falta?

Llévalos de paseo. Al parque, de compras o de viaje. Cualquier aventura que les guste en común y quieran compartirla. Los recuerdos de familia son imborrables.

No olvides las fechas importantes. A ellos les encantan las celebraciones, fiestas de cumpleaños, aniversarios. Habrá muchos abrazos, se sentirán importantes y felices de ver a su familia reunida.

Escúchalos. No importa que te digan diez veces lo mismo. Si es necesario, enséñales las cosas que ellos quieran, posiblemente ya no lo recuerden tanto. Nunca olvidarás su sonrisa de agradecimiento”.

Tiene razón mi amigo Gary, los padres son lo máximo. Me voy, cuídense.

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