(GEC)
(GEC)

El fotógrafo Gary llegó al restaurante por sus tallarines verdes y su churrasco a la inglesa encima. Para tomar pidió una jarrita con hierbaluisa al tiempo. “María, vino a visitarme mi amigo ‘Cigarrito’, el veterano periodista de Política, y me dijo: ‘Gary, veo que por fin el gobierno de Martín Vizcarra ha intervenido ‘La Pampa’, en Madre de Dios. El operativo Mercurio, iniciado en febrero de este año, permitió tomar esa zona. Allí en medio de la Reserva de Tambopata, considerada como ‘el pulmón del planeta’, miles de mineros informales habían realizado una hecatombe ecológica.

Pero no solo eso, el oro mal habido atrajo a los mercaderes del sexo, quienes instalaron bares y antros, pero lo que es peor, llevando a adolescentes que vivían en estado de semiesclavitud. Era, como lo dijo un cura de la zona, ‘peor que Sodoma y Gomorra’. Sin embargo, eso no es de ahora. Cuando yo era el ‘periodista estrella’ de un diario que yace en el cementerio de papel, el rubio y gordo director me mandó a ese lugar: “‘Cigarrito’, los narcotraficantes han tomado Madre de Dios, están en alianza con un pequeño grupo de mineros”.

En ese tiempo no había el desastroso ‘boom’ de la minería informal, solo eran mineros que buscaban oro en los ríos, todavía sin mercurio o dinamita. Pero era gente maleada. “No vayas con tu fotógrafa preferida Carolita, es muy peligroso, ándate con ‘Chuleta’, es bueno como su viejo y te va a cubrir muy bien las espaldas”, me dijo el director con su tremendo vozarrón.

En ese tiempo, fuera de Puerto Maldonado, capital de Madre de Dios, cualquier pueblo era como en el lejano oeste, sin ley. “Si ustedes van, no garantizamos su seguridad”, nos dijo un mayor de la Policía. Cuando llegamos a ‘El Laberinto’, la zona más peligrosa, nos recibió ‘Matusalén’, el minero informal más antiguo y socio de los narcos: “Bienvenidos, señores periodistas. Están cansados, cenen y disfruten el espectáculo”. Era un ‘night club’ tipo la película ‘Del crepúsculo al amanecer’ con George Clooney y Quentin Tarantino, y en eso salió una espectacular desnudista misma Salma Hayek. Era una belleza de la zona y ‘Matusalén’ nos dijo: “La chica irá a su mesa, es toda suya, señor Cigarrito’”.

La hermosura se sentó en la mesa y de frente comenzó a besarme, ¡pero noté algo raro en su mirada. “Sígame la corriente, béseme señor, es de vida o muerte”, me susurró. La besé y ella me dijo al oído: “Acompáñeme al privado, tengo que contarle algo”. Nos fuimos a un cuartucho. ‘Matusalén’, de lejos, sonreía complacido. “Señor, estoy cautiva, no puedo regresar a mi casa. ‘Matusalén’ tiene a más chicas como yo. Me ordenó que le ponga estas pastillas a usted y su amigo, creo que los quieren desaparecer en el río”, me reveló la muchacha.

Le pasé la voz a ‘Chuleta’, que tomaba fotos con una cámara especial indetectable. Fugamos del lugar quitándole la moto a un parroquiano borracho. Le contamos todo al mayor y armó un operativo. La policía llegó justo cuando ‘Matusalén’ estaba golpeando a la chica que nos salvó la vida. Aquella vez hicimos, con ‘Chuleta’, un extraordinario trabajo y el rubio director nos aumentó el sueldo’”. Pucha, ese señor ‘Cigarrito’ fue un gran periodista, lástima que no guardó pan para mayo. Me voy, cuídense.

tags relacionadas

NOTICIAS SUGERIDAS

Contenido GEC