Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un seco de cordero con yuquitas sancochadas y una jarrita de chicha morada al tiempo. “, los bomberos tuvieron harto trabajo en Navidad. No cenaron en la Nochebuena ni hicieron el brindis con sus familias en sus casas, pues el deber los llamó para atender 126 emergencias, 61 de las cuales fueron incendios. La mayoría de estos fueron provocados por el mal uso de artefactos pirotécnicos como las ‘bombardas’, ‘mamarratas’, ‘Bin Laden’ y uno nuevo, al que le llaman ‘depredador’, cuyo solo nombre produce escalofríos. Uno de los incendios más grandes fue el que se desató en una fábrica de plásticos ubicada en la cuadra seis de la avenida Colonial, pero en otros lugares por poco se producen grandes tragedias. Por ejemplo, en Pamplona Alta, la casa de madera de Beatriz Solano ardió en llamas y quedó reducida a cenizas porque unos chiquillos lanzaron un cohetón que se coló por una rendija del techo y cayó en una canasta de ropa sucia. Felizmente, la familia, que acababa de darse el abrazo de Navidad, pudo salir a tiempo. El martes, dos niñitos murieron y al día siguiente sucedió lo mismo con su padre, a causa de otro dantesco incendio. Por eso, hay que tener mucho cuidado, especialmente con los niños, si se celebra con artefactos pirotécnicos.

- Los niños no deben manipular nunca tales productos.

- Lea y siga siempre las instrucciones que figuran en la etiqueta.

- Deben manejarse en lugares abiertos, lejos de edificios.

- Usar solo los deflagrantes (despiden luces y causan sonidos leves) y no los detonantes (explotan), pues esos están prohibidos porque pueden causar mutilaciones y hasta la muerte.

- No guardarlos en los bolsillos.

- No los deje al sol o cerca de lugares muy calientes.

- Evite arrojarlos contra muros, cajas de luz o gas.

- Deben mantenerse en el suelo, nunca dentro de botellas y latas.

- Si un cohetón no explota, no debe ser tocado aunque la mecha parezca apagada.

- Proteja los oídos de los niños con tapones.

- Si tiene perros, aléjelos, pues tienen el sentido del oído más sensible y sufren con los pirotécnicos.

- Deseche adecuadamente los fuegos artificiales usados mojándolos con agua antes de ponerlos en un cesto de basura”.
Mi amigo Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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