Mi gran amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un plato grande de ají de gallina con arrocito blanco y una jarra de chicha morada. “María, la falta de valores es quizá la principal causa de los problemas de toda sociedad. La corrupción y la delincuencia, por ejemplo, no existirían si las personas mostraran honradez, honestidad, decencia y dignidad en sus vidas diarias. En las últimas semanas se han dado hechos que demuestran esta terrible realidad. Allí está el caso del llamado ‘Doctor Sexo’, que tenía fogosos sobre la camilla en la que atendía a sus pacientes, en su consultorio. O la salvaje madrastra que asesinó a la hijita de su amante, un hombre despiadado que encubrió el horrendo crimen. Si una persona no tiene valores, es fácil que sus pensamientos y acciones estén marcados por antivalores como el odio, la avaricia, la envidia, el desprecio, la soberbia y la vanidad. Los profesores tienen una labor importantísima en cuanto a la difusión de valores, pero son los padres de familia los principales responsables de esa función. No es en la escuela, sino en la casa, en el hogar, donde los niños y jóvenes moldean su conducta y se forman como personas. Porque estos se pueden enseñar e inculcar, pero son aprendidos con mayor facilidad a través del ejemplo que los padres dan a sus hijos. Aquí te dejo algunos tips para educar en valores a nuestros hijos:

- Predica con el ejemplo: Albert Einstein decía: ‘Dar el ejemplo no es la principal manera de influir en los demás, es la única’.

- Siembra desde su infancia: La forma en la que el hijo actuará y pensará durante toda su vida se construye en su niñez.

- Transmítele optimismo: Por ejemplo, si tu hijo sacó una mala nota en uno de sus cursos, dile que en una segunda oportunidad le irá mejor.

- Ayúdalo a ser feliz con pequeñas cosas: Desarrolla sus potencialidades, desde el respeto por su espacio individual hasta el respeto por el de los otros.

- Enséñale a ser generoso: De ello va a depender en gran medida la convivencia de nuestro hijo con los demás.

- Corrígelo con mucho tino: Explícale las consecuencias de su actitud mediante ejemplos. No lo avergüences ni le infundas temor.

- Refuerza su autoestima: Si un niño se valora, también va a considerar y respetar a los demás”.

Mi amigo Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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