Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una cachema frita con arroz blanco graneado, papas doradas, ensalada de tomate y cebolla y, para tomar, un refresco de maracuyá. “María, el abominable caso del , acusado de de edad, es un escándalo que no puede terminar solo con el castigo al culpable. Hay más responsables, ya sean cómplices o irresponsables que no actuaron para impedir que esos ultrajes ocurran.

El acusado es el policía Carlos Tumes López, quien todos los días estaba al lado de numerosos niños y adolescentes, pues trabajaba en la Oficina de Participación Ciudadana de la comisaría de Huánuco, en programas sociales con menores. Se le acusa de haber cometido los abusos en los últimos once años, sobre todo a chicos de entre diez y 14 años. ¿Cómo la Policía jamás se dio cuenta? ¿Cómo no le hicieron exámenes psicológicos?

Las autoridades en Huánuco señalan que incluso ultrajaba a sus víctimas en la comisaría, donde las grababa en video y tomaba fotos. Este caso debe abrir los ojos de quienes son padres. Estas violaciones ocurren muchas veces porque los padres son ausentes, ya sea porque abandonaron a sus hijos o no se interesan demasiado en lo que les pasa. Y esos chicos apuntan a los pederastas, que fingen estar preocupados por su bienestar. Estos degenerados tratan siempre de estar cerca de los menores y, para lograrlo, buscan trabajos que se los permitan. 

El ‘monstruo de Huánuco’ es un típico caso. Prefería niños de hogares disfuncionales, carentes de afecto. Esta bestia no merece ningún tipo de perdón porque les desgració la vida a muchos inocentes. Solo merece ser colgado en la Plaza de Armas de Huánuco y que lo agarren a pedradas. Algunos consejos para proteger mejor a nuestros hijos:

No dejarlos nunca solos o con personas que no sean de total confianza cuando son bebés, pues no hablan. Muchos ultrajes ocurren en casa a manos de los mismos padres, tíos, cuidadores y otros.

Puede hablar con sus hijos de estos asuntos a partir de los seis años. Deben ser consejos cortos y claros como: ‘No vayas con desconocidos’, ‘no aceptes golosinas de extraños’, ‘nadie puede tocarte los genitales (ni el pecho ni el trasero), ‘no voy a mandar a ningún desconocido a recogerte nunca’, ‘no dejes que te toquen a cambio de regalos’.

De 10 a 12 hay un repunte del peligro, pues las niñas comienzan a parecer mujeres y los niños ‘hombrecitos’. En esta etapa ocurre la mitad de los abusos infantiles. Hay que darles mucho cariño, confianza, comprensión y reforzar los mensajes dichos líneas arriba. Que sientan que son queridos, respetados y valorados”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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