El Chato Matta llegó medio raro al restaurante. Pidió una causa de pulpa de cangrejo y un sudadito de chita con yuca, limón y rocotito molido. “María, necesito un consejo. Siéntate un ratito. Recibí un correo de la ‘gordita’ Silvia, la famosa ‘Italiana’, la que cantaba las canciones de Mercedes Sosa igualito como la entrañable ‘Negra’. Ella fue mi enamorada con la que me iba a casar, pero terminamos muy mal, por eso me sorprendió su llamada. Fue horas después del Perú - Uruguay. ‘Chato desgraciado -me dijo eufórica- a pesar de todo, cuando vi que Perú le ganó al equipo de Luisito Suárez, me acordé de ti, me imaginé cómo estarías saltando hasta el techo y tomando ron con ese cochino y sinvergüenza de , quien solo sabe sacarle la lengua a las mujeres. Y lloré ante mis amigas italianas Antonella y Sofía. Mis amigas, aquí en Roma, me dijeron: ‘Silvita, no sé qué te hizo ese chato feo, pero te dejó huella. Búscalo, todavía estás a tiempo, no te has casado y él está divorciado’. La gordita se entusiasmó. Lo pensé veinte veces. A ella le jugué mal. Fui a la casa de sus padres a pedir su mano. Ella estaba en Italia y me iba a mandar mi pasaje para casarnos en Roma. Tenía separada la iglesia, al cura y el ajuar de novia. Incluso había comprado un tour para dos personas y viajar en un crucero a la isla de Capri.

Todo lo tiré por la borda por culpa de los consejos de Pancholón. ‘Chato, no seas sano como Ruckelly, que se enamora de las trampas y les cree todo lo que le dicen. Allá en Europa te vas a aburrir, no hay nada como tu rico Perú, el cebichito, los partidos de fulbito y las ‘chelas’ heladitas. Aquí la pampa es para todos. Allá no vas a trampear. Te vas a quedar limpiando la casa de Silvia y dándole de comer a su perrito’. El abogado mujeriego me comió el cerebro. Cuando ocurrió el terremoto de Italia ni siquiera la llamé, estaba con las terribles de San Martín en La Posada, con Pancho. Terminé con ella por teléfono. Horrible. ‘Chatito, no te cases conmigo, pero ven, te mando el pasaje y conoce Roma’. Pero han pasado los años y ahora se le ve ganadora, viaja por todo el mundo con su grupo de música y en su recargada agenda, mismos Rolling Stones, tocarán en Lima. Me mandó un mensaje alucinante: ‘Chato, te envío entradas para un palco para que vayas con mis suegros. Después separaré una suite en el Marriot, ojalá que me hagas feliz como antes y me digas tu gran frase: ‘Te amaré hasta la locura’. Mis hermanas de Lima me dicen: ‘Silvia, no tienes dignidad, el Chato te trató peor que una zapatilla vieja’. Pero ella les respondió: ‘Hermanas, lo amé y lo amaré. Para mí la dignidad no existe en el amor. Si tú amas o deseas a un hombre, como yo al Chato, no te lo impedirá ni un huaico, por eso voy a encontrarlo. Que me diga por qué se arrepintió de casarse conmigo. O sino, que me lleve a La Posada y que pase lo que tenga que pasar’. Y se puso a cantar ese gran vals: ‘Pero jamás impedirás que aún te ame como ayerrrr’”. Pucha, la ‘Italiana’ llegó dispuesta a conquistar al Chatito en Semana Santa. Ojalá que no aparezca el ‘diablo’ de Pancholón y malogre todo el plan de la buena Silvita. Me voy, cuídense.

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