Mi amigo Gary, el fotógrafo, llegó al restaurante por sus tallarines verdes con albahaca y queso parmesano ralladito, su bistec apanado y su jarra de emoliente tibiecito. “María, los chicos ya salieron de del colegio o la universidad. Es el momento oportuno para que los padres busquemos acercarnos a ellos y pasar más tiempo juntos. En todas las familias es fundamental la unión y somos nosotros los indicados para forjarla y promoverla. Muchas veces, los niños y los adolescentes sienten una falta de ‘afecto’ por parte de los padres porque los ven poco. Las vacaciones son ideales para los paréntesis, el descanso, el cierre de etapas, reflexionar y recuperarnos física y emocionalmente. Y también para encontrarnos con nuestros hijos. Al estar en casa, ahora sí podremos compartir con ellos y crear o fortalecer lazos, especialmente si aún son pequeños, pues los hijos crecen y luego adquieren más intereses fuera de casa, por lo que los padres podemos lamentar no tener más tiempo junto a ellos.

- Dialogar y planificar: Debemos aprovechar el tiempo para hablar, intercambiar conceptos, ideas y hacer proyectos. El objetivo es usar la energía de forma creativa, en algo que les divierta.

- Buscar una actividad diferente y especial: Es bueno descansar juntos, ver alguna película, pero tampoco se trata de estar sin actividad física. Este tiempo libre es ideal para realizar actividades diferentes y romper con la rutina. Hay talleres de verano, para deportes, gimnasia, danza, música y otras artes.

- Conocer la ciudad: No es necesario ir muy lejos para divertirse en familia. Hay zoológicos, museos, plazas, parques y otras zonas de esparcimiento y cultura. Incluso se ofrecen visitas guiadas en las cuales uno puede conocer, en detalle, la historia de la ciudad y del país.

- Darse un viajecito: Si hay un poco de dinero, se puede hacer viajes en familia a las afueras de Lima. Por ejemplo, a Lunahuaná, Canta, Chancay u otras zonas de hermosos paisajes y aire puro.

- Juegos manuales en casa: En el hogar se puede disfrutar sobre todo con los más pequeños. Pasar un rato en el jardín, jugar con títeres, ajedrez, dibujar, armar rompecabezas, resolver crucigramas.

- Una tarea divertida: Puede ser una tarde de preparar galletas o un queque. Una lección de cocina será divertida, sabrosa y útil.

- Ir a la playa: La arena en los pies de los niños, un chapuzón o una caminata al atardecer siempre son inolvidables”.

Tiene razón mi amigo Gary. Me voy, cuídense.

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