El Chato Matta llegó al restaurante por un sabroso picante de cuy con papitas doradas, ensalada fresca y su agüita de cebada para bajar la grasita.

“María, estaba listo para irme a la camita y sonó mi celular. ‘Chatito, no seas malo. Los pantaloncitos están sueltos en plaza y tú te vas a ir a dormir. Pareces viejo como Pancholón. Paso por tu casa en 20 minutos, me han contado que el gordito está en cama, mal de la próstata’. Estaba en la sala de mi casa y a lo lejos se escuchaba un bullón. Era la camioneta del ‘cirujano de las estrellas’, quien cantaba una de sus salsas preferidas de Josimar y su Yambú. ‘Y una tramposa como tú/ que por día miente tanto/ que prometía serme fiel / mientras me estaba engañando/... Ella me besó, me acarició/ hasta mi alma estremeció/ no me acordé jamás de ti/ en esa cama fui feliz/ hacía mucho no sentía tanto fuegooooo...’. Chato, Pancholón me pone al centro y se burla de mí todas las semanas y es verdad, varias veces me partió. Me adornó tanto que si cabeceo una pelota se desinfla por los cuernazos. Pero eso fue hace mucho tiempo, ahora soy ganador. Ese gordito chistoso solo vive de recuerdos y la verdad es que nunca agarró buen personal, solo taco 5 para abajo y sus ‘points’ preferidos son salsódromos y ‘night clubs’ que la municipalidad para clausurando. Hasta su psicóloga lo abandonó. Yo soy socio exclusivo del Jockey, donde todos los colorados son mis hinchas. Los bravos, dueños de caballos, ya me vendieron un par de potrillos que los voy a preparar para que corran el clásico en Monterrico.

Ahora soy famoso por mis operaciones y me buscan futbolistas y artistas de la televisión. Pagué derecho de piso, lo malo es que mi novia Mery es muy celosa y me para revisando mis celulares cuando me quedo dormido. La vez pasada se ganó con un videíto donde estoy con una flaca que me fue a buscar para que la opere y se me regaló.

Mi novia me amenazó: ‘Chotillo, no cambias. Eres un sinvergüenza, voy a colgar este video para que lo pasen en el programa de ‘Peluchín’. La vida me trata bien, ahora tengo billete, pero soy muy ‘enfermito’. Apenas veo en la calle a una chica que me gusta, apunto la placa. Pancho me ha podrido. Me he ganado varias paltas por eso.

Una vez fue una bailarina a mi consultorio y en una me dijo: ‘Doctor, ¿y cómo le voy a pagar?’. Se abrió su vestido largo y dejó ver unas hermosas piernas. Cerré la cortina y ¡fua! Lo malo es que se enamoró de mí y me buscaba día y noche. A mí me engañó con que estaba divorciada, pero su marido era un alto oficial que me mandó dos ‘sinchis’ que me llevaron a la playa de noche y me apretaron el cuello hasta que la cara se me puso morada. Yo no sabíaaaa, les juré. Estoy seguro de que Pancho me echó en cancha, me voy a vengar”. Pucha, ese doctor Chotillo es otro mujeriego empedernido. Son tal para cual con Pancholón. Me voy, cuídense.

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