Callao
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En medio del llanto desconsolado de sus cuatro menores hijos, familiares y amigos, fueron enterrados ayer en el cementerio Baquíjano y Carrillo del los restos de Ingrid Arizaga (37), asesinada a balazos por su esposo Gino Villegas Arévalo (47), el último miércoles, en el primer puerto.

‘Justicia para Ingrid’ y ‘Que el asesino se pudra en la cárcel’ fueron algunos de los gritos que se oyeron en el mercado chalaco Santa Rosa, a donde fue llevado en hombros el féretro de Ingrid, quien trabajó en el puesto 12 de venta de comida y el lugar donde fue acribillada.

Sus cuatro hijos, sin cesar de llorar, estuvieron siempre al frente del cortejo fúnebre con ramos de flores.

Luego, el ataúd fue trasladado al Poder Judicial del Callao, donde la gente exigió pena de muerte para el criminal.
Los deudos señalaron que Villegas era un celoso controlador, que golpeaba a Ingrid delante de sus hijos, le exigía dinero y le era infiel.

Gino Villegas afronta penas que van desde los 20 años de prisión a cadena perpetua. Se supo que se negaba a declarar ante la policía. Ayer fue pasado a Fiscalía.

INTERROGATORIO

El último miércoles, minutos después de asesinar a su esposa, quien lo dejó el 24 de diciembre del 2018 al descubrir que estaba con otra mujer, fue capturado por dos trabajadores que lo siguieron y lo golpearon.

Luego, cuando era interrogado por un policía en la comisaría Carmen de la Legua, le pidió: ‘¡Quiero que me metas un balazo! ¡Méteme un balazo!’. Dijo que asesinó a Ingrid porque creía que estaba contra persona, pero no estaba seguro.

Consultado sobre cuántas veces disparó a la víctima, respondió con frialdad: “Habrán sido dos, nomás”.






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