La actividad física es buena porque nos ayuda a fortalecer los músculos, bajar de peso, y sobre todo, mantenernos saludables. Sin embargo, entrenar demasiado, hacer dietas muy exigentes y obsesionarnos con la forma en cómo vemos nuestro cuerpo podría llegar a convertirse en una enfermedad: la vigorexia.

Este mal es considerado un trastorno mental que en la mayoría de los casos se presenta en varones entre los 15 y 35 años de edad, y se manifiesta a través del deseo desmedido por exigirle a sus cuerpos una figura soñada y bien marcada. 

¿Cómo te das cuenta de que la vigorexia ha entrado en tu vida? Los especialistas de Lab Nutrition nos ayudan a reconocer los síntomas o señales de este problema. Presta mucha atención.

1. BAJA AUTOESTIMA. Se comparan con los demás y creen que sus músculos no se marcan lo suficiente. Se ven débiles, pequeños, delgados y poco masculinos.

2. OBSESIVOS CON EL DEPORTE. Están horas en el gimnasio levantando pesas o haciendo abdominales. Aprovechan todo su tiempo libre y más. Nunca es suficiente.

3. AISLAMIENTO SOCIAL. Nunca tienen un momento para una reunión familiar, encuentro con los amigos o algún evento social porque siempre están entrenando.

4. DIETAS MUY ESTRICTAS. Tienen una alimentación muy restringida, cero grasas y azúcares. Consumen batidos, huevos, carnes y lácteos en exceso.

CONSEJO DE ORO
Comprende que no todos los cuerpos son iguales y que no siempre lo que ves puede ser real. Recuerda siempre medirte, pesarte y tener la asesoría de un especialista. No te obsesiones con el deporte, disfrútalo.

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