En el marco del Día Nacional de la lucha contra la Hepatitis B, es importante saber que esa enfermedad ocasiona la muerte de unas 900 mil personas al año, según cifras del (MINSA). Este mal, en su estado crónico, puede provocar cirrosis o de hígado.

La hepatitis B se puede presentar en dos formas: “una forma aguda y una forma crónica. La primera es la que se presenta al tener el contagio inicial con el virus; la segunda se refiere a la persistencia del virus en el cuerpo, luego de pasados los seis meses de la infección inicial”, afirmó Rosario Mayorga, coordinadora del área de gastroenterología del hospital Alberto Barton.

El contagio más frecuente es por contacto directo con sangre o líquidos corporales de personas contaminadas. Por eso, la mejor forma de prevenir la hepatitis B es a través de la vacunación. Los bebés deben recibir tres dosis de la vacuna (primera dosis: en las 24 horas del nacimiento; segunda dosis: 1 a 2 meses de edad; y tercera dosis: 6 a 18 meses de edad).

¿Y los adultos también pueden vacunarse contra la hepatitis B? Por supuesto que sí. La vacuna se administra en tres dosis durante un periodo de seis meses. La segunda dosis se debe administrar a los 2 meses después de la primera, y la última dosis se debe administrar a los 4 meses de la segunda dosis.

SEÑALES DE ALERTA
En la mayoría de casos, la hepatitis B no genera síntomas en las personas que la padecen. Sin embargo, algunos puedes ser mucho cansancio, pérdida de apetito, fiebre, tono amarillento de la piel o los ojos (ictericia), dolor muscular o de articulaciones, dolor de estómago, náuseas y vómitos. Si presenta alguno de ellos, acuda rápidamente al centro médico más cercano.

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