Ser no necesariamente es ser madre o esposa, es también ser artífice de la propia felicidad. Estamos seguros de que no te quejas. Que te gusta atender y complacer a tu familia, pero también debes pensar en ti misma.

El máximo disfrute no solo lo conseguirás procurando el bienestar a las personas que quieres, sino también experimentando situaciones que te hagan sentir importante y tomada en cuenta como mujer.

Solo tienen que analizar qué cosas siempre quisieron hacer y concretarlas como un acto de valoración hacia sí mismas. No se trata de imponer nuevas formas de vida, sino de explicarle a la familia lo feliz que te hará todo esto como mujer.

LO QUE SIEMPRE QUISISTE COMPRAR. Si más de una vez tuviste que postergar la compra de una prenda o accesorio que te encantó, es hora de explicarle a tu familia que quieres darte ese gusto como mujer.

EL PROGRAMA QUE NO TE DEJABAN VER.
¿Has visto programas deportivos por años? Negocia con los miembros de tu hogar diversos turnos en los que puedas ver lo que desees tranquila, sin tener que cambiar de canal.

TU COMIDA PREFERIDA. Muchas mujeres dejan de cocinar lo que más les gusta, solo porque a uno de sus hijos no le agrada ese plato. Si es tu caso, premia tu dedicación hacia tu familia con ese potaje y dale algo alternativo a tu engreído.

TUS DÍAS LIBRES. Sí, tú también tienes derecho a no tener ganas de hacer nada. Comunícaselo a tu familia y pide que te engrían saliendo a comer fuera, ayudándote en las tareas, etc.


Si no te entienden...


Es señal de que algo anda mal en tu hogar, por tanto, tendrás que pedir ayuda psicológica para establecer lazos afectivos y principalmente de empatía. 

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