Desde que perdió a sus padres, María Lila Salguero (55) sintió la necesidad de dar afecto y ayuda emocional a. Decidió complementar su trabajo como profesora de inglés, con una noble labor: dar masajes gratuitos a los abuelitos. Con frecuencia visita asilos y a sus vecinos de Salamanca () que necesitan de su presencia.

“Les doy masajes a domicilio, converso con ellos, compartimos un postre y a veces hasta les doy de comer si están enfermos. Son personas que necesitan sentirse queridas y yo tengo mucha paciencia con ellas”, comenta esta vecina de .

Para la maestra, esta ayuda social es una actividad que le da mucha alegría y fuerza para seguir adelante, jamás la asume como una obligación. “Siento un goce desbordante cuando hago esto porque me gusta ayudar a la gente, especialmente a los más vulnerables como son . Creo que eso me hace un mejor ser humano. Hay que darle felicidad y alegría a quienes más nos necesitan”, dice doña María, quien pertenece a la iglesia Cristiana y siempre busca ayudar a los demás.

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