Parásitos en las fresas no salen con el simple lavado de agua con lejía, según experto.
Fresas

¡Ten mucho cuidado con las fresas! Una de las frutas favoritas de grandes y chicos está en la mira luego infectólogos del (INS) indicaran sobre la presencia de parásitos que no se eliminan aún si se realiza la limpieza de agua con lejía. ¡Lee con atención!

De acuerdo a las declaraciones de Manuel Espinoza Silva, médico infectólogo del INS a la , las fresas poseen unos parásitos que dejan sus huevos o se enquistan en frutas como la fresa y la frambuesa y son fácilmente infectadas debido a que se cultivan al ras del suelo y son regadas generalmente con aguas servidas que contienen materia fecal del ser humano.

MAL PROCEDIMIENTO DEL LAVADO

El médico infectólogo agregó que las personas muchas veces cometen el error de solo lavar las fresas con agua de caño o sumergirlos en depósitos de agua con lejía, sin tener en cuenta que estos parásitos no morirán con estos procedimientos. "Posiblemente mata bacterias, pero no mata parásitos ni huevos ni quistes y la gente las ingiere".

Haciendo este procedimiento "voy a comer mi fresa con leche condensada o mi jugo de fresa con leche ingiriendo cientos de formas infectantes de diversos parásitos", manifestó el doctor Manuel Espinoza Silva.

¿QUÉ HACEN ESTOS PARÁSITOS A NUESTRO ORGANISMO?

Estos parásitos halladas en las fresas son microscópicos, ingresan al organismo y se alojan en los intestinos, dejando sus huevos y desarrollándose hasta convertirse en parásitos adultos, indicó a Andina el especialista.

Los síntomas producidos podrían consistir en diarreas, gases, dolor abdominal y hasta anorexia. En casos más severos puede llegar a producir el Síndrome de malabsorción, debido a la destrucción de las células epiteliales del intestino delgado, llegando a fuertes cuadros de anemia.

¿CÓMO DEBEMOS LAVAR CORRECTAMENTE LAS FRESAS?

La forma correcta de lavar las fresas es quitarle las hojas y ponerlas bajo un chorro de agua; luego colocarlas en una solución de agua con unas gotas de jabón líquido y una escobilla pequeña (similar al cepillo dental). Frotarlas, una por una para asegurarse que se elimine cualquier larva que pudiera estar en la fruta.

Posteriormente, las fresas deben enjuagarse prolijamente bajo un chorro de agua y luego en un recipiente con agua colocar varias gotas de lejía de introducir la fruta y dejarla reposar por 20 minutos. Nuevamente enjuagarlas muy bien. Y solo así quedan listas para su consumo.

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