Este no se sorprende de que la prensa reciba agresiones de parte del poder cuando destapan sus corruptelas. Por eso les presento dos películas donde valientes hombres y mujeres no se dejan avasallar por politicastros a quienes al final, con sus bravatas, les terminó saliendo el tiro por la culata.

: El laureado director Steven Spielberg buscó recrear esa época dorada del periodismo norteamericano, a inicios de los setenta, en la redacción antigua, con máquinas de escribir del diario The Washington Post, un periódico que intentaba competir dignamente pero en inferioridad de condiciones con el ‘monstruo’ llamado The New York Times. Es la historia de su propietaria y también periodista, la gran Katharine Graham (extraordinaria ) y su director jefe, Benjamin ‘Ben’ Bradlee (brillante ) junto a un grupo de ‘tigres’ de la redacción que trabajaron una historia que trajo inimaginables consecuencias para el Gobierno y el periódico. El informe secreto del exsecretario de Defensa, , reconocía que en los años en los que este estuvo en el cargo (1961-1968) se había llegado a una conclusión final: ‘La guerra de Vietnam es una guerra perdida’. ¿Por qué entonces seguían enviando a miles de jóvenes soldados a morir en el infierno asiático? Las copias del informe fueron entregadas a los periodistas del influyente New York Times, pero los servicios secretos del gobierno de Richard Nixon se enteraron y solo se publicó un día un adelanto. Automáticamente, miles de estadounidenses salen a protestar y a exigir el fin de la guerra. El presidente Richard Nixon ordena a las cortes de justicia que prohíban que se sigan publicando los documentos, con amenaza de cerrarlo y encarcelar a los periodistas ‘por atentar contra la seguridad nacional’. Es así que Bradlee, el director de The Washington Post, logra conseguir las copias del informe y decide publicarlo. Aquí es donde crece la imagen de Katharine Graham, la propietaria del diario. En ese año, 1971, Nixon y sus esbirros llamaron a los otros accionistas del diario para que la pongan contra la espada y pared. ‘Si no ordenas que tus periodistas dejen de publicar los documentos del Pentágono, tus principales inversionistas se retirarán y te irás a la quiebra’. Pero Graham no cedió a las amenazas del mismísimo presidente que creía que podía insultar y amenazar a la prensa como cierto parlamentario de . ‘¡Publíquenla!’, gritó ante los ‘plumíferos’ enviados por el presidente. ‘Yo, por si no lo saben, soy la dueña del periódico, pero sobre todo periodista independiente’. Y con mucha dignidad afrontó el juicio que el Gobierno les hizo a los responsables de The Washington Post y el New York Times. Al final, la Gran Corte falló a favor de los diarios y periodistas. El juez que la presidía sentenció: ‘La prensa está en el deber de informar y defender los derechos de los gobernados y no del gobernante’. Katharine Graham ganaría después el premio Pulitzer. Un año después, el Post le daría el puntillazo final al presidente Richard Nixon, quien tuvo que renunciar por el destape del diario sobre el caso Watergate. Así terminan estos ‘presidentes’ que no respetan la libertad de prensa.

: El director Kevin Macdonald nos sorprende con un peliculón sobre la prensa escrita, en el que se entremezclan la amistad, la traición, el amor y sobre todo la pasión por el periodismo, en dosis explosivas y con un casting de lujo. Cal McAffrey (Russell Crowe) es un viejo lobo estepario de redacción del Washington Globe, que empieza a tambalearse ante el periodismo virtual de su página digital. Pero aun así mantiene su olfato para detectar corruptelas en las altas esferas políticas, principalmente en el Congreso norteamericano y las grandes corporaciones. Pero en sus tiempos universitarios fue muy amigo del fogoso congresista Stephen Collins (), que es ambicioso y se proyecta para ser candidato presidencial. Pero fue más que amigo de la esposa de este, Anne Collins (la irresistible Robin Wright), con quien tuvo una aventura de la que Collins se enteró. Pero cuando una muchacha que era asistente y amante del congresista es asesinada, salen a la luz ciertos secretos que pueden destruir la carrera de Collins. McAffrey se involucra pero le colocan a una ambiciosa practicante de la página web para que lo ayude, Della Frye (entrañable Rachel McAdams). Este extraño dúo trabaja contra el tiempo bajo la implacable supervisión de la directora Cameron Lynne (Helen Mirren). Los periodistas descubrirán ciertas pistas que podrían hacer temblar las estructuras del Estado y de una todopoderosa corporación. Imprescindibles para estudiantes de Periodismo. Apago el televisor.

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