Este Búho piensa que se viene un tremendo huaico de revelaciones de las empresas ‘cutreras’ brasileñas , Camargo Correa y otras, que podrían arrastrar en el lodo, el fango y hasta la cárcel a algunos ‘pesos pesados’ de la política y funcionarios públicos de alto vuelo en el Perú. Y allí no habrá diques ni sacos de arena ni Defensa Civil que los salve de la ignominia. Odebrecht Perú, con tal que no la toquen y que la traten con ‘guantes de seda’, como hasta ahora, promete revelar los nombres de los personajes a quienes ‘les reventaron la mano con varios millones’. 

Ya en Brasil antiguos funcionarios de Odebrecht han dado el nombre de quien habría recibido una antigua coima en 1988. Se trata de Jorge Ramos Ronceros, sindicado como tío del entonces presidente Alan García y a la sazón colocado con un cargazo: presidente de Electroperú. Según los brasileños, habría recibido más de un millón de dólares por debajo de la mesa para favorecerlos con las obras de la hidroeléctrica de Chachani y el proyecto Chavimochic. Pero el escándalo no necesita ingresar al ‘túnel del tiempo’. 

El propio Marcelo Odebrecht reveló a la justicia norteamericana, cantando con más decibeles que Pavarotti en ‘Rigoletto’, que de los 29 millones en coimas destinados a Perú, entre el 2005 y 2014, unos 20 millones sirvieron para sobornar a políticos y funcionarios del segundo régimen aprista. La influyente revista brasileña ‘Veja’ asegura que están implicados los gobiernos de Alejandro Toledo y Alan García. 

Algunos están vendiendo, frenéticos, casas de playa, departamentos en paraísos turísticos, se van a ‘dictar cátedras’ al extranjero o cínicamente exigen nombres y se ofrecen a asistir ‘a todas las citaciones’, todo de la boca para afuera, porque están a miles de kilómetros cruzando el Atlántico. Especialistas en investigar corruptelas millonarias calculan que el volumen de las coimas y sobornos para conseguir obras, para luego sobrevaluar los costos y estafar al Estado peruano -delito gravísimo- desde el primer gobierno de Alan para adelante: Alberto Fujimori, Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala, fácil pueden pasar los quinientos millones de dólares. 

Y eso sin contar las ‘coimas’ que Odebrecht debió hacer en las faraónicas obras de infraestructura vial de la Municipalidad de Lima durante las gestiones de Luis Castañeda y Susana Villarán. Porque el ‘modus operandi’ del gigante constructor era sistemáticamente ‘sobornar’ primero para conseguir ganar las licitaciones y luego ‘coimear’, para enseguida sobrevaluar la obra y que les den ‘exoneraciones especiales’ o ‘peajes truchos’ y abusivos.

Este escándalo ya no es una bomba atómica, se ha convertido en ¡¡una bomba de neutrones!! que promete calcinar a decenas de políticos y funcionarios, otrora todopoderosos y lo peor es que no se salva nadie. Tengo que recordar que la Fiscalía de Suiza y el Departamento de Justicia norteamericano tienen todas las pruebas que señalan a Yosef Maiman, sí, el ‘amigazo’ de Alejandro Toledo, a quien nombró cónsul honorario del Perú en Tel Aviv y quien, sospechosamente, lo ‘salvo’ del escándalo de las ‘oficinitas’ de Monterrico y, la residencia de Camacho, que supuestamente compró su suegra, la madre de Eliane Karp, de 85 años, por más de 3.5 millones de dólares, además del pago de la hipoteca de la casa de playa de Punta Sal. 

Ollanta Humala, según una investigación del periódico ‘Folha Sao Paulo’, se habría beneficiado con 1.5 millones de dinero sucio de la ‘caja chica’ de la empresa ‘cutrera’ y de la cual ordenaba sus destinos, nada más y nada menos que el presidente en ese tiempo en ejercicio, ‘Lula’ da Silva. Si en las famosas ‘Agendas’ de Nadine figuraba en repetidas oportunidades el nombre Marcelo 30 mil y una fecha, Marcelo 70 mil y otra fecha, Marcelo 20 y así sucesivamente. 

Los fiscales estaban convencidos que el tal ‘Marcelo’ no era otro que el mandamás de Odebrecht y eran dineros para la campaña nacionalista. La situación de Ollanta y Nadine es complicada. Este columnista habrá nacido de noche, pero no anoche, y no soy tan gil de decir ‘yo pongo las manos al fuego por zutano o mengano’, menos si son tremendos ‘tiburones en política’. El problema, como cantaba Charly García, es que ellos viajan en jet y la justicia peruana en combi. Apago el televisor.

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