Este Búho sigue de cerca cómo la hermana República de Colombia se apresta a recibir la visita del en setiembre. El pueblo católico de Chile y Perú también lo recibirá con algarabía en enero del próximo año. Por eso, quiero recordar aquella histórica visita del Papa a nuestro país en aquel . El sacerdote polaco Karol Wojtyla tomó el nombre de Juan Pablo por el anterior, que fue Juan Pablo I. También se recuerda al italiano Albino Luciani, quien solo duró 33 días en el papado al morir de un paro cardiaco el 28 de setiembre de 1978, en circunstancias por demás extrañas y que nunca fueron del todo aclaradas. Incluso se manejaron hipótesis de una conspiración para asesinarlo. El nuevo papa impuso un estilo mucho más campechano y dispuesto a llegar a sus feligreses con un contacto directo, por ello fue un ‘papa viajero’ y se le conoció como ‘Juan Pablo peregrino’. Desde que el Perú y la Santa Sede establecieron relaciones diplomáticas, en 1859, nunca nos había visitado un sumo pontífice. Por eso, el anuncio de que el santo padre iba a llegar a nuestro territorio causó tremendo impacto. Recuerden que se acababa el gobierno de Fernando Belaunde y el Perú era corroído por la insania terrorista de Sendero Luminoso. Por eso, el papa decidió, aún en contra de los consejos de Belaunde Terry, viajar a Ayacucho, y esa visita fue comentada en el mundo entero.

El papa polaco tenía razones para no sentir miedo. Nació en 1920. En la secundaria destacó como ajedrecista. De joven tuvo que trabajar en una cantera y en una fábrica química para evitar que lo deportaran a Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Tuvo el coraje de luchar en la resistencia contra los nazis y por ello fue fichado por la Gestapo. Contaba que se refugió en una casa abandonada para evitar su captura y que se integró a un grupo de jóvenes que hacían teatro y otras actividades culturales para resistir a la ocupación nazi. Muchos años después, ya siendo sacerdote, Karol escribiría una obra de teatro, ‘El taller del orfebre’, cuyo tema musical en castellano interpretara el venezolano Guillermo ‘Nacho’ Dávila, que sonó mucho cuando se produjo la llegada del sumo pontífice a nuestro pais. De joven jugó al fútbol, era delantero y dicen que tenía buen dribling. A los 23 años ingresó a un seminario clandestino para sobrevivir a las masacres de las tropas alemanas. Siempre destacó por su extraordinaria inteligencia y llegó a dominar, además del polaco, el italiano, francés, alemán, portugués, ucraniano, ruso, croata, griego antiguo, latín y español. Su obra religiosa es muy conocida y los peruanos lo recuerdan con mucho cariño y gratitud. En su primera visita al Perú fue a Palacio de Gobierno, la Catedral de Lima y veneró las reliquias de Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres y Santo Toribio de Mogrovejo. Luego, viajó a Arequipa, Cusco y cuando fue a Ayacucho, en plena violencia senderista, con torres derrumbadas y coches bomba, dirigió un mensaje: ‘Cuando una ideología apela a la violencia, reconoce con ello su propia insuficiencia y su debilidad’. Luego, mirando a la masa que atiborraba la plaza, como si quisiera descubrir a algunos terroristas camuflados, gritó: ‘¡Cambiad de camino, aún estáis a tiempo!’. Muchos jóvenes, al oírlo, se retiraban cabizbajos a refugiarse en una iglesia y la policía informó que por esos días se había producido un extraño fenómeno de deserción en las filas terroristas, seguro por el impacto de la visita de su santidad. Posteriormente, fue a Villa El Salvador, Callao, Trujillo e Iquitos, donde pronunció su histórica frase: ‘El papa se siente charapa’. En el hipódromo de Monterrico, el papa se reunió con los jóvenes. Este columnista estuvo allí, achicharrándose porque fue el día más caluroso del verano, con su enamoradita sanmarquina Anita, que hoy debe estar en el cielo junto a él haciéndole bromas. Su segunda visita al Perú, en 1988, durante el primer gobierno de Alan García, fue más breve, pero recibió el cariño multitudinario del pueblo peruano. Como testimonio, hay muchos monumentos que lo recuerdan, además del mural que le hicieron a lo largo de la avenida Salaverry. Con esos precedentes vendrá el Papa Francisco, quien estará en Lima, Trujillo y Puerto Maldonado, una zona donde la minería ilegal está depredando la naturaleza. Ojalá su mensaje cale hondo en el pueblo peruano y nos traiga paz, unión y esperanza. En aquella oportunidad, la subversión azotaba al país, mientras que hoy, el demencial terrorismo de los malditos del Estado Islámico golpea a Europa. Apago el televisor.

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